Rock contra la despoblación

Redacción
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La pequeña aldea de Ituero de Masegoso acoge hoy una nueva edición de su festival con Violet, No Remorse y Le Tutiplén

Imagen de una de las actuaciones que han pasado por este evento musical de Ituero. - Foto: Ituerock

Este sábado  la pequeña aldea de Ituero, una pedanía de Masegoso en la provincia de Albacete, celebrará una nueva edición del Ituerock, un festival de rock que se ha convertido en un evento clave para revitalizar esta comunidad rural. Este festival, que el año pasado reunió a más de 200 personas, promete atraer a aún más asistentes este año, ofreciendo una noche de música y convivencia que contribuye al fortalecimiento de los lazos comunitarios y a la lucha contra la despoblación. En los últimos años, Ituero ha enfrentado desafíos comunes a muchas aldeas rurales de la España vaciada, incluyendo un notable declive en la participación en eventos tradicionales, como la orquesta de las fiestas de agosto. Este desinterés estaba relacionado principalmente con el envejecimiento de la población, lo que resultaba en una asistencia cada vez menor.  Sin embargo, el Ayuntamiento de Masegoso, bajo la dirección del alcalde Pedro Iniesta Cuerda, en colaboración con la asociación El Portalón de Ituero, presidida por María José González, ha lanzado una serie de iniciativas para revitalizar la vida en la aldea, siendo el Ituerock una de las más exitosas.  En concreto, el Ituerock contará hoy con la participación de bandas como Violet, de la localidad murciana de Cieza; No Remorse, de la localidad de Almansa, y Le Tutiplén, de Albacete capital, que ofrecerán un repertorio variado y lleno de energía.

impacto.  Según José García González, vocal de la asociación El Portalón de Ituero y principal organizador del Ituerock, «Ituerock no sólo ha traído nueva música a la aldea, sino que también ha servido como un catalizador para unir a la gente, no en vano, este tipo de actividades no sólo atraen visitantes, sino que también permiten que aquellos que descubren esta pedanía de Masegoso se enamoren  de su tranquilidad y de su  belleza, lo que podría llevar, en definitiva, a que se conviertan en futuros residentes o en participantes regulares de nuestras actividades».

En su opinión, además, «aunque estos  eventos como tales aún no han atraído a nuevos residentes permanentes, han logrado, por contra,  que quienes ya tienen una segunda vivienda en la zona se integren más activamente en la comunidad», para terminar diciendo que «este ambiente de cohesión social ha fomentado la creación de nuevas amistades y ha aumentado la participación en las actividades comunitarias tanto en las de la asociación como en aquellas propuestas por los mismos vecinos».