Miles de agricultores de Castilla-La Mancha han salido hoy a protestar por las principales calles de Madrid junto con otros compañeros del campo de todo el país. Fue una protesta, tanto a pie como en tractor, para pedir mejoras en el sector que se desarrolló sin incidentes reseñables, y que llegó hasta la sede del Parlamento Europeo de la capital. La convocatoria ha partido de las organizaciones agrarias Asaja, COAG, UPAy con el respaldo de Cooperativas Agroalimentarias.
La marcha ha reunido a 5.000 personas, según la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid, y a 20.000, según los organizadores, además de a 105 tractores, y ha discurrido por el paseo del Prado, la plaza de Neptuno, la plaza de Cibeles, el paseo de Recoletos, la plaza de Colón y el paseo de la Castellana hasta alcanzar la sede europea hacia las 14:30 horas.
Castilla-La Mancha tuvo un protagonismo importante. Desde Asaja ya venían avisando de que cerca de 2.000 agricultores y ganaderos de la región se desplazarían a Madrid para llevar sus protestas a la capital del país. Es más, esta organización agraria ha fletado más de 30 autobuses para la ocasión.
Tractores de CLM, al pie del Ministerio y la sede de la UE - Foto: Juan LázaroTambién hubo tractores procedentes de Castilla-La Mancha que salieron a primera hora del día del municipio madrileño de Arganda del Rey y se reunieron con los manifestantes a pie en las inmediaciones de la sede del Ministerio de Agricultura hacia las 12:00 del mediodía, donde las dos marchas confluyeron en una protesta conjunta.
El único momento de tensión se registró a las puertas del Ministerio de Sanidad donde un grupo de manifestantes se paró para protestar contra la Agenda 2030, lo que ha obligado a que los agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional hayan establecido un cordón de seguridad.
Transcurridos unos 45 minutos, la Policía Nacional conminó a los presentes a marcharse de la zona que han abandonado su posición poco a poco y de forma pacífica, sin que la situación haya pasado a mayores.
Desde entonces, la protesta ha seguido su paso sin sobresalto alguno, en un ambiente festivo-reivindicativo amenizado por la música y entre el estruendo de cencerros, bocinas, silbatos, vuvuzelas y pitos de los tractores, protagonistas de la jornada, además de los petardos, que no han cesado a lo largo del recorrido.