Albacete se aproxima al final del año hidrológico más caótico

E.F
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Llueve menos de lo normal, en meses poco habituales, de forma muy intensa y con grandes diferencias entre comarcas

La sequía echó a perder muchos secanos en Albacete. - Foto: A.P.

Dentro tres semanas, el 30 de septiembre para ser exactos, se acaba el año hidrológico 2023-2024 y decir que, hasta ahora, ha sido complicado en Albacete es quedarse bastante corto.

No sólo llovió menos, sino que lo hizo al revés y de forma muy desigual. Dicho de otra forma, que en meses que suelen ser húmedos llovió poco y, por contra, en meses secos llovió más, o mucho más.

Además, hay un fuerte contraste  entre las distintas comarcas de la provincia. En zonas como Villarrobledo, el año ha sido 'casi' normal; en otras como Hellín, ha sido  de los más secos que se recuerdan.

El agua anega un viñedo tras el paso de una DANA por Albacete.El agua anega un viñedo tras el paso de una DANA por Albacete. - Foto: R.S.Un ejemplo: si tomamos como referencia la estación meteorológica de la Aemet en la ciudad de Albacete, vemos que la precipitación acumulada media ronda los 353 milímetros de lluvia al año.

Pero desde el 1 de octubre de 2023 al 4 de septiembre pasado -último dato disponible- sólo han caído 261,6 milímetros. A menos que se interponga una DANA, vamos de cabeza a un año seco.

Del revés. Y, encima, a un año raro. Por lo común, las estaciones más húmedas del año son el otoño y la primavera. Pues no, esta vez todo ha sido al revés, como si el clima se empeñase en darse la vuelta.

Meses que, por lo común, son húmedos o muy húmedos esta vez han sido secos o muy secos. Si, por ejemplo, para octubre la media es 42 milímetros, este año hidrológico cayeron menos de 26.

Y hubo meses mucho peores. En noviembre, lo normal son 34 milímetros, y esta vez cayeron 4,1; en diciembre, si la media es de 31,  sólo se registraron 2,1. Esta pauta también se dio en primavera.

En abril, la media de referencia son 40, pero los pluviómetros recogieron sólo 7,2; en mayo, más de lo mismo, 4,3 milímetros frente a 43, esto es, 1o veces menos por debajo de lo que se considera normal.

Algo muy parecido sucedió con el mes más lluvioso, que fue junio. Cayeron casi 90 milímetros, más del doble de lo habitual pero, además, cayeron en muy pocas horas, a causa de una DANA.

El 10 de junio, para ser exactos, varias tormentas barrieron la provincia, con precipitaciones de más de 30, 40 o 50 litros por metro cuadrados con intensidades muy elevadas sobre todo hacia el este.

En La Manchuela, Monte Ibérico, Corredor de Almansa y Campos de Hellín, hubo un reguero de graves daños, en infraestructuras y en cultivos de alto valor, como ajo, almendra, cebolla, viña u olivar.

Es como si los cielos se volviesen locos pero, además, más locos en unas zonas que en otras, de acuerdo a los datos del Balance Hídrico que también elabora la Agencia Estatal de Meteorología.

En dos mitades. Resulta que la provincia de Albacete se divide en dos mitades, como la partiese una diagonal, una línea casi recta que empieza en la Sierra, sigue por la capital y acaba La Manchuela.

A fecha del 31 de agosto, que es la del último balance, la mitad noroeste acumulaba un déficit de precipitación del 25%, es decir, que había llovido el 75% de lo que cae del cielo en un año normal.

Pero en la mitad sudeste, lo que hay es un siniestro total climático.  El déficit de precipitación acumulado hasta el 31 de agosto era ya del 50%, sólo había llovido la mitad de lo acostumbrado.

Llegados a este punto, hay que recordar un detalle importante. La lluvia es el parámetro más importante para saber si un año es seco, pero no es el único.

Está la evapotranspiración, que mide el agua que se evapora del suelo y a través de la respiración de las plantas; están el índice de humedad del suelo o la temperatura , por citar los más básicos.

Aquí tampoco hay buenas noticias. Casi todos los meses, fueron cálidos o muy cálidos desde el punto de vista de las temperaturas, con anomalías que, en algunas estaciones,  rozaron los tres grados.

Incluso se registraron nuevos máximos de temperaturas respecto a la media, como los 41,3 grados de Chinchilla o los 42 de Tobarra que se registraron en estas localidades del 31 de julio.

La primera consecuencia es que  la evapotranspiración acumulada en toda la provincia de Albacete es muy alta, entre los 100 y los 300 milímetros; incluso en algunos puntos, se acerca a los 500.

La segunda es la humedad del suelo sobre la capacidad máxima en toda la provincia es, como máximo, del 10%, salvo en el municipio serrano de Nerpio, donde es algo más alta y se acerca al 20%.