La pasada semana publicábamos las primeras impresiones del pregonero taurino 2024, Juan Martínez Lorenzo, sobre su designación para anunciar la próxima Feria Taurina de Albacete. En la entrevista de hoy, nos adentramos un poco más en lo que ha sido su vida taurina, corta, pero muy intensa y marcada por la pureza y el estilismo más elegante, un torero tocado por la varita del sentimiento y la personalidad, que tuvo muy claro cuándo quiso ser torero y también cuándo tuvo que colgar los trastos. Además, el día 12 de septiembre se cumplirá medio siglo desde que Juan Martínez recibía la alternativa en nuestra plaza de manos del maestro Camino y El Viti, de testigo.
«Hay cosas que, aunque hayan pasado muchos años, las tienes ahí muy presentes. La alternativa para cualquier torero es un día que no se difumina nunca en el tiempo, siempre está rondando. Creo que el día 12 habrá por la mañana un pequeño acto que ha organizado el Capítulo de Albacete de la Fundación Toro de Lidia, en conmemoración de los 50 años de alternativa».
La influencia de su padre para ser torero. «Lo de mi padre fue un caso un poco atípico porque no tenía nada que ver con el mundo del toro, porque tenía un negocio de tintorería y empezó en el mundo del toro en la empresa en la que estaba Kaíto, hermano de Antonio Molina Don Tono, periodista taurino de la época, cuyo padre era el hombre que tenía en esta zona Andrés Gago, que era apoderado de Litri, y montaba corridas de toros por los pueblos importantes de la zona, siempre con el respaldo de Gago y mi padre colaboraba con ellos, hasta que poco a poco se hizo su propia empresa y quedándose con esas plazas de alrededor, La Roda, Casas Ibáñez, Villarrobledo, Belmonte, incluso algunas corridas en Cuenca. El año que Palomo Linares y El Cordobés, hicieron lo de Los Guerrilleros, les montó sobre 15 o 20 corridas de toros por esta zona de Albacete, Cuenca, Murcia, incluso les montó una en la plaza de Murcia, cediéndole la plaza Bernal, con Cascales, El Cordobés y Palomo, vendiéndose todo el papel una semana antes y el día de la corrida llovió tanto que hubo que suspenderla, en fin, que a la sombra de todo esto, me fue atrayendo este mundo del toro y decidí ser torero, como si fuera un poco de broma y en casa de Daniel Ruiz salí a torear una becerrilla con 12 o 13 años y ahí empezó todo».
Campañas muy buenas de novillero. «Sin caballos toreé bastante por las plazas de aquí y con caballos tuve un par de temporadas en las que fui a todas las plazas de España, y a Madrid, Sevilla, Barcelona, Valencia, es decir, en las importantes, la primera la de 1973 y la segunda en 1974, el año de la alternativa que también toreé casi 40 novilladas. Al año siguiente, el 75, con la inercia de esas dos campañas tan buenas de novillero, también toreé sobre 30 corridas, confirmando la alternativa en Madrid y al año siguiente no hubo lo que tenía que haber habido para esa continuidad. La gente decía que tenía condiciones, pero no se dieron las circunstancias y además no tuve la paciencia para seguir ahí peleando entre dos aguas y enseguida tomé la decisión de cambiar el ritmo y buscar un trabajo y la verdad es que no me arrepiento».
Aunque trabajando en otras cosas, ha seguido teniendo relación estrecha con el toro, gerencia de plaza de toros de Albacete y apoderado. «Ser apoderado de un torero es complicado y esa temporada y media que estuve con Sergio Martínez, por indicación de los Hermanos Lozano que al verlo en la escuela, se quedaron gratamente sorprendidos y me dijeron que le echara una mano que ellos estaban ahí, pero se pasa mal porque tu que has estado ahí y sabes lo que se pasa, tener que decirle a un chaval que se arrime y se quede quieto, la verdad es que cuesta. Ser gerente de la plaza de Albacete es una sensación un poco contradictoria porque es cierto que a veces hay que poner límites en algunas partes del trabajo y tener unas posturas que no les gustan a todos. Fue una experiencia en un cometido en el que yo no tenía ni idea y pude vivirlo durante los cuatro años que estuvieron en esa etapa los Hermanos Lozano».
COLABORACIONES.
Colaboraciones brillantes en algunos medios de comunicación. «Fui como suele decirse aprendiz de todo y oficial de nada. El programa de televisión en Visión 6, la verdad es que estaba muy bien y se hacía con pocos medios y resultó una experiencia más que me divertía en cierto modo».
Nunca ha renegado del mundo del toro, todo lo contrario. «Creo que ser negativo en esto es un error, porque cualquier experiencia en la vida te sirve para extraer lo positivo».
Y ahora pregonero. «Es un honor que no me esperaba pues nunca había pensado que sería pregonero con la categoría que tiene este pregón y los personajes que han pasado por este acto tan bonito».