Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia en 1982 y máster en Medicina Estética por la Sociedad Española de Medicina Estética y por la Unión Internacional de Medecine Esthetique, el doctor Eduardo Gil es toda una institución en este campo.No en vano lleva como vicepresidente de la Asociación de Medicina Estética de Castilla-La Mancha 17 años y con ya 67 años cumplidos atesora una larga trayectoria profesional en el campo de la Medicina Estética, tantos como 36 años. Actualmente compagina su labor asistencial en sus clínicas de la capital y la provincia, donde está a punto de llegar a la cifra de 20.000 usuarias tratadas, con la docencia, como profesor de los máster de post-grado de la Universidad de Valencia, Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Universidad de Alcalá de Henares y Universidad de Castilla-La Mancha.

Forma parte del comité organizador de las XVIJornadas de la Asociación de Medicina Estética de Castilla-La Mancha, que se celebrarán en la capital los próximos días 19, 20 y 21 de octubre en el Palacio de Congresos de la ciudad, con más de un centenar de profesionales inscritos.

Toda una vida dedicada a la Medicina Estética, ¿cuántos años lleva como vicepresidente de la Asociación de Medicina Estética de Castilla-La Mancha?

Llevo 17 años, pero no nos dejan que dimitamos, porque lo hacemos bien y no cobramos. Es una asociación regional, pero en la que se puede apuntar cualquier médico socio de España. Ahora mismo somos 127 especialistas de Medicina Estética. 

¿La demanda de Medicina Estética por parte de la población, en especial las mujeres, ¿está creciendo de manera exponencial en los últimos años?

Sí, porque la gente quiere verse bien. La Medicina Estética ha dejado de ser algo exclusivo de personas de alto poder adquisitivo, y actualmente todo el mundo tiene acceso a estos servicios médicos especializados.

El problema es que ante la gran demanda, y sobre todo a raíz de la pandemia del Covid, que tiene esta especialidad, y el gran boom que se ha producido en los últimos cuatro o cinco años han hecho que surjan un gran número de centros, algunos de medicina estética, otros de pseudociencias, otros clandestinos y otros directamente realizados por profesionales que no están autorizados para realizar estos procesos.

Afortunadamente en esta pelea  estamos codo con codo con la Delegación Provincial de Sanidad, que se portan genial en la inspección y control de esta proliferación de centros irregulares. 

¿Cuánto han podido crecer en los últimos años los casos de intrusismo profesional en su especialidad?

Han crecido mucho, por encima del 20%, porque los casos que nos llegan son cada vez más numerosos. Ahora mismo el intrusismo más serio que tenemos en Medicina Estética es con Enfermería, porque se están haciendo cursos y máster de Medicina Estética para enfermeras y por sentencia del Tribuna Supremo una enfermera no puede pinchar bótox a un paciente ni un relleno y lo están haciendo, en centros reglados y en sus casas. 

Cuando nos enteramos de los casos tenemos que ir y denunciarlo en Sanidad o en la Asociación regional y que sea la Consejería la que intervenga y sancione a los supuestos  infractores. Hoy en día para ejercer Medicina Estética en Castilla-La Mancha hay que tener lo que Sanidad denomina U-48, es decir, una Unidad con un médico responsable al frente, con titulación específica en Medicina Estética.  Fuera de una consulta con un profesional de especialidad, o un dermatólogo o un cirujano plástico, nadie puede hacer un tratamiento estético de los que realizamos los médicos de esta especialidad médica.

Como tal la especialidad de Medicina Estética no existe vía MIR, ¿cómo consiguen esta especialización con cursos y máster homologados?

Es cierto que no existe la especialidad de formación como médico interno residente, pero sí la vía del máster de formación en esta materia y también en Castilla-La Mancha existe la acreditación del Colegio de Médicos en Medicina Estética, un título que te lo da el Consejo Autonómico de Colegios Médicos de Castilla-La Mancha, para lo cual te exigen 50 créditos de formación y de ejercicio para darte ese título que acredita la especialización.                                                 

La paciente que acude a un centro a realizarse un tratamiento estético debe saber quién le cubre en caso de que exista un efecto secundario o una negligencia porque una enfermera no tiene un seguro de responsabilidad civil porque no lo puede tener porque no está autorizada a realizar procedimientos de medicina estética. 

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