«Rememoro los antiguos gabinetes de maravillas»

A.D.
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«En realidad, me muevo en función de las maderas que encuentro»

El escultor Julio Lorenzo. - Foto: J.M.E

Julio Lorenzo inaugura mañana, a las 19 horas, en la sala de exposiciones de Popular Libros, calle Octavio Cuartero número 17 de Albacete, su exposición Gabinete de maravillas (del rey Rodolfo II de Praga). El escultor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta muestra, que se podrá visitar hasta el 9 de marzo.

¿Podría explicarnos cómo es este Gabinete de maravillas?
Gabinete de maravillas (del rey Rodolfo II de Praga) es una exposición temática, ocho piezas en torno a un mismo asunto, con tallas de maderas y es un adelanto de otra, más grande, de unas 20 piezas, que haré en el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha de Albacete, en mayo. Los gabinetes de maravillas y las cámaras de curiosidades eran renacentistas, una colección de trastos, fósiles, corales, animales disecados, libros, cuadros, cuernos, huesos de animales mitológicos, cristales, ámbar o instrumentos de medición. Eran como unos gabinetes de la clase alta, a modo de museos y eso dio origen en los siglos XVIII y XIX a los museos de ciencias naturales, arqueológicos o jardines botánicos. Buscaban los raro, exótico, extraño y precioso. Luego, los descubrimientos de españoles y portugueses alimentaron esos gabinetes. 

¿Entonces, retoma ese gusto por lo raro?
Lo que yo he hecho es utilizar piezas de madera encontradas, raíces, ramas. Lo que he hecho con estas piezas que están en la naturaleza es limpiarlas, quitarles la suciedad, para sacar una serie de animales extraños, criaturas que he terminado de tallar, por eso se llama Gabinete de maravillas, porque tiene sentido temático. 

¿Esculturas en madera?
Sí, aunque en ocasiones añado otros elementos, como metal, pero básicamente son maderas recogidas, muy sugerentes, piezas normalmente grandes, de más de 40 centímetros, pero en el Jardín  Botánico lo que expondré es más grande. Rememoro los antiguos gabinetes de maravillas, que comenzaron en armarios, en vitrinas, pero luego eran salas completas, con bichos extraordinarios. 

¿Su intervención en esos objetos es muy importante?
Eso, concretamente, lo contará Ramón Torres, que hará la presentación. En realidad, hay artistas en Albacete que me han apadrinado y ayudado, como Ramón Torres, Manuel Atienza y José Luis Torrente. Me invitaron el año pasado a participar en una exposición, Rara avis, en primavera, en la que todo se basó en materiales encontrados. Ramón trabajó con latas y botes; Manuel hierro y  piedra, en mi caso, maderas. Fue una exposición que tuvo bastante éxito y, a partir de ahí, comencé, por mi cuenta a hacer criaturas más extrañas todavía, eso es lo que me interesa. La del Jardín Botánico, que ya estoy preparando, será también un homenaje al propio jardín, que es un sitio ideal para que yo haga este gabinete de maravillas también. Ahora, ha surgido un hueco en Popular y aprovecho para ofrecer una muestra más pequeña. 

¿Eligió las piezas en función del espacio disponible? 
Seguro, las piezas más grandes no cabían. Expongo ocho piezas sobre peanas, con sus pedestales correspondientes y, en general son criaturas extrañas, cada una con su cartela explicativa.   

¿Continúa esta línea?
Bueno, estoy terminando la que va a ir al Jardín Botánico de Castilla-La Mancha, donde habrá piezas muy grandes, como había comentado, pero en realidad, yo me muevo en función de las maderas que encuentro. Cuando empiezo a trabajarlas van a mostrar un poco lo que tienen, una cabeza, un lagarto, un homínido, pero no trabajo un bloque de madera para tallar. Voy buscando lo que tiene y, lo que hago, simplemente, quitar, limpiar, pegar si hay alguna rotura. Hay piezas, por ejemplo, en las que he intervenido un 30 por ciento, otras un 50 por ciento y, en otras, sin embargo, un 10 por ciento, porque estaba la criatura casi terminada. 

¿Están pintadas?
No, las esculturas solo llevan barnices claros, transparentes, tienen su propia textura, es lo que me gusta.  

¿Siempre en función de las piezas encontradas?
Claro, no sé si cambiará mucho mi trabajo, porque todo depende de las piezas que me encuentre. En realidad, lo que más fácil sale, son animales, cabezas. Eso sí, he evolucionado mucho desde el año pasado en mi trabajo y lo que hacía en Rara avis eran piezas muy pequeñas y sencillas, fundamentalmente. Ahora son más complejas y también estoy introduciendo elementos extraños, metales, ruedas dentadas. Estoy haciendo que la madera conviva con los metales, cosas que les pueden ir bien, pueden ser complementarias, un poco psicodélicas, diría.