Solo su extenso currículo serviría para escribir su autobiografía. Alejandro Marín-Menéndez es uno de esos talentos albaceteños que, desafortunadamente, desarrolla su profundo conocimiento científico en el campo de la genética y biología molecular en el extranjero. Su paso por numerosos laboratorios de diferentes países para avanzar en la investigación contra la malaria ha dado muy buenos resultados.
Tanto que Nature, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo, acaba de publicar los resultados de una investigación en la que ha participado este joven albaceteño, que desvela que el singular grupo sanguíneo Dantu, que se encuentra en algunos lugares de la costa este africana, ofrece protección contra la malaria.
«Sorprendentemente, explica a este diario Alex Marín-Menéndez, esta protección surge gracias a que los glóbulos rojos de la gente con esta variante Dantu tienen su membrana más rígida, una característica que dificulta la entrada del parásito en los glóbulos rojos, donde se reproduce para seguir invadiendo nuevas células».
Según el investigador albacetense, licenciado en Veterinaria y Bioquímica, la importancia de este descubrimiento reside en que la tensión de los glóbulos rojos aumenta con el tiempo que pasan en circulación, por lo que «una parte de nuestras células estarán siempre protegidas». Le parece atrevido hablar, con este descubrimiento, de la erradicación de la malaria -que mata directamente a más de 400.000 personas, fundamentalmente menores de cinco años, y que sufren 240 millones de ciudadanos-, aunque «los resultados apuntan que sería posible a través de una intervención farmacológica». Alejandro Marín-Menéndez tiene hoy 40 años, pero acumula una vida laboral realmente intensa. Estudió la EGB en Escolapios y en el Giner de los Ríos y fue alumno del instituto Bachiller Sabuco.
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