Sinopsis oficial
Iran, otoño 2022. La vida universitaria en Teherán se ve sacudida por las revueltas en las calles y las escuelas al grito de "Mujer, vida y libertad". A medida que los disturbios políticos aumentan, la responsabilidad profesional en la vida de un juez de instrucción empieza a afectar a su plácida vida familiar junto a su mujer y a sus dos hijas adolescentes. Cuando la pistola que el gobierno le había entregado para mantener su seguridad desaparece, sólo le queda sospechar de las mujeres que lo rodean. Mientras las normas sociales empiezan a desmoronarse a su alrededor, lo hace también su familia.
La crítica -
Por Juana Samanes
El primer término que viene a la cabeza cuando se contempla La semilla de la higuera sagrada es que es un film valiente desde el momento que se atreve a retratar la represión y la falta de libertad que se vive en la República islámica de Irán y que padecen, especialmente, las mujeres que ven reducidos, día a día, sus derechos. Su director, Mohammad Rasoulof, tuvo que huir de su país la primavera del pasado año ante la amenaza probable de ir a la cárcel.
La acción transcurre en Teherán, en otoño de 2022, que es escenario de revueltas en las calles bajo el slogan: "Mujer, vida y libertad". Cuando estos disturbios aumentan, un juez de instrucción, que hasta ese momento ejercía con honradez su profesión, empieza a ser presionado por sus superiores, algo que influye en la tranquila vida que hasta ese momento llevaba al lado de su esposa y sus dos hijas adolescentes.
Muy interesante, aunque algo excesiva en su metraje, la película aborda la imposibilidad de mantenerse impoluto dentro de un gobierno que minimiza cualquier reducto de justicia. Lo vemos en la transformación de ese juez que pasa de ser un hombre cabal, que ama a su esposa e hijas, a ser engullido, por su ambición, en las ideas del régimen lo que acaba socavando la relación con su familia. También la película aborda la existencia, en Irán, de multitud de ciudadanos indignados con unos dirigentes que intentan arrancar de cuajo cualquier disidencia.
Premiada allí donde se ha presentado, por ejemplo en el Festival de Cannes donde recibió tres galardones, es una película imprescindible, cuyo contenido es extrapolable a cualquier situación actual, porque se trata de un thriller social que denuncia hasta donde se puede llegar si el ambiente donde te mueves te acaba carcomiendo.
Pero esta película, que se presenta por Alemania a los Óscar, tiene una intrahistoria que merece la pena ser contada puesto que se rodó en Irán con actores y técnicos que sabían perfectamente el peligro que corrían de ser detenidos.
Durante su desarrollo se pueden contemplar imágenes reales captadas, seguramente, durante las protestas por el caso de Mahsa Amini, que tuvo como consecuencia una fuerte represión que se saldó con 500 muertos y la detención de al menos 22.000 personas.