Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Monear

06/06/2022

En Argentina, monear es alardear de algo para dar envidia a los demás; pero en España no van por ahí los tiros, porque monear es hacer un 'poco el tonto', tal vez más, perder el tiempo moneando, o ser demasiado simple en tus actitudes; sin embargo, la RAE nos define como juguetear con un objeto.
Y es que parece que está nuevamente de moda, porque estar, estar, siempre ha estado ahí, ya que en nuestra sociedad hay mucha gente moneando, por eso de que se lleva un poco, reinventándose ante la adversidad, o creyendo que de esa manera, demuestra más felicidad en tiempos de infelicidad. De vez en cuando –seguramente para 'husmear'- cojo el mando y pongo Tele5 y me doy cuenta de lo mucho que monean esos que forman la amplia nómina, por cierto muy lucrativa, de mantenedores de la prensa del corazón y me doy cuenta de que eso sí que es monear. Y se titula el programa ¡Sálvame¡ y como contrasentido, allí no se salva nadie. Paradojas de la vida.
Y es que ahora, el mono nos ha traído una preocupación más, por si había pocas, con ese nuevo virus que está afectando a mucha gente, volviendo a colocarnos a España en la lista de los más contaminados, y haciendo que reflexionemos un poco más sobre el sentido de 'monear', si es que seguimos en esa burbuja de que todo ha vuelto a la normalidad cuando falta un camino por recorrer. Tal vez, y siempre pasa, habría que cuidar las formas, los mecanismos sanitarios y los preceptos del 'buen hacer', y no tirarnos en desbandada porque estamos vacunados del todo y 'ancha es Castilla' dice el refrán, aunque verdaderamente es ancha y quijotesca, y eso lo hemos podido celebrar con orgullo este pasado 31 de mayo, ondeando la bandera, cantando la jota manchega y haciendo alardes de que somos manchegos, cuando desde la Sierra eso se ve lejano.
Sin embargo, seamos optimistas, pensemos que llega un verano y que debemos hacer bueno el encuentro entre paisano y paisanaje, con cultura, diversión moderada y música para educar las neuronas, porque nuestros pueblos necesitan ese esfuerzo desde las Instituciones y desde aquellos que gestionamos actividad, apoyando sus propuestas y ofreciendo las nuestras para volver a sentir eso de 'mamá, yo quiero tener pueblo', haciéndolo realidad y provocar sinergias, no tanto moneando, sino ejercitando respeto a las tradiciones y potenciando el orgullo de nuestra historia pasada: Cañete, Huélamo, San Clemente, Valeria, Chumillas, Belmonte, Barchín, Cardenete, Tragacete o Carboneras de Guadazaón, son algunos ejemplos.

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