En Génova empiezan a notarse los nervios por el empeño de Isabel Ayuso de promover iniciativas que intenta que arreglen la vida a los madrileños que, como el resto de los españoles, sufren las consecuencias de una pandemia letal para la salud y para la economía, el incremento feroz de la factura energética y la inseguridad del empleo.
En Génova empiezan a sentir el aliento de Isabel Días Ayuso en el cogote de Pablo Casado, y aunque la presidenta madrileña no pierde ocasión de expresar su lealtad absoluta al presidente de su partido, y de repetir hasta la saciedad que su objetivo es gobernar a los madrileños, no a todos los españolas, miembros de la dirección del PP empiezan a insinuar que Isabel Ayuso va a lo suyo. Y lo suyo es hacerse con la presidenta del PP nacional después de hacerse con la presidencia del PP madrileño. Operación, la madrileña, que con toda certeza conseguirá.
Ayuso, de momento, no se pasa ni un milímetro de la frontera madrileña. Pero sus iniciativas levantan ampollas, porque no siempre coinciden con las que defiende el PP, porque muchas de ellas han sido consideradas disparatadas no solo por el gobierno central sino también por algunos miembros destacados del PP y, lo más inquietante para los “casadistas”, varias de esas ideas supuestamente disparatadas han sido adoptadas después por otros gobiernos regionales o incluso defendidas por el propio gobierno central. Con resultados para Madrid que demuestran que esas medidas han sido productivas. El último dato es significativo: el importante incremento de ventas del comercio minorista madrileño.
Se ahora saca de la manga la desaparición de los impuestos autonómicos. No son relevantes, pero el titular sí lo es: Madrid es la única comunidad autonómica que ha suprimido todos sus impuestos propios. Un anuncio que para los ciudadanos de la capital significa mucho: que cuentan con una presidenta que está en lo que quieren que esté, en reducir impuestos y facilitar una mayor calidad de vida. Fue Esperanza Aguirre la que redujo prácticamente a cero el impuesto de sucesiones, y el resultado fue espectacular en incremento de recaudación; ha ocurrido lo mismo cuando Juanma Moreno decidió tomar la misma medida en Andalucía. La desaparición de los impuestos autonómicos es más que probable que también genere mayor recaudación a las arcas regionales madrileñas.
El PP arrasó en Madrid en las elecciones de mayo, no por la bandera de la gaviota sino por la candidata a la presidencia. Ayuso no se conformó con el éxito y sigue tomando decisiones que son bien acogidas por la inmensa mayoría de los madrileños porque les alivia de cargas en tiempos de zozobra. Insiste en que sus medidas no pretenden lanzarla a las alturas, sino que su cabeza y su corazón están en Madrid. Pero en Génova hay nervios, porque mientras Ayuso suma adeptos, Casado no sube todo lo que se había augurado.