En esa obsesión mía por reflexionar sobre términos lingüísticos de terminología controvertida, aparece la palabra 'bodrio' y si ya de por sí, la composición gramatical es un poco rara, la definición y significado nos lleva a un curioso antecedente.
Leyendo siempre El Quijote, uno sigue aprendiendo sin más, y cuando analizas sus variantes morfológicas todavía aumenta más el interés. Recuerdo la palabra de 'olla podrida' utilizada por los dos protagonistas, y resulta que en español, bodrio designa el caldo guisado con sobras de comida y, por extensión, algo mal hecho o de mal gusto.
Sabemos que este vocablo lo usaría Corominas a partir de 1646, momento de su registro, y lo hizo para definir ese «caldo con sobras que se daba a los pobres en los conventos». Y si seguimos ahondando en la posible etimología del significado, brodio se utiliza en Cuba como caldo, los legionarios romanos que invadieron las tierras de los bárbaros germanos le llamaron brod al caldo de gallina que esta civilización tenía entre sus apetencias gastronómicas y luego en Alemania ha quedado como brühe que es caldo y brut que es cría empollada (y cuidado con el irónico uso del castellano).
Pero ahora, no sé ni porqué ni tampoco las razones –eso sucede en muchas otras circunstancias de nuestro lenguaje- el término bodrio suele utilizarse y mucho para «algo mal hecho o de mala calidad o de poco gusto en su ejercicio», por eso aplicamos muy habitualmente eso de que «vaya bodrio ha pasado» cuando no nos gusta la persona que se ha cruzado en nuestro camino; o «vaya bodrio de película» cuando nos ha parecido mala; o «vaya bodrio de trabajo» cuando no tiene la calidad exigida; o «vaya bodrio de ley» –y así lo he oído de bien en un programa de radio- cuando se pone en práctica –social y legalmente- una ley que en lugar de mejorar las necesidades de igualdad, de defensa de la integridad, de ejercicio del derecho a decidir o de un mejor tratamiento en la violencia de género, resulta que su puesta en práctica, alivia penas de culpables, disminuye castigos penales o permite liberar a elementos que han demostrado en sus procesos ser verdaderamente culpables de delitos sexuales y criminales. Por eso amigos, eso de bodrio como término sigue estando de moda y deberíamos analizar si verdaderamente lo aplicamos bien o no; tal vez, sería conveniente volver a leer nuevamente El Quijote, y en moralidad estoy seguro, mejoraríamos y mucho nuestras apreciaciones.