Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Tarancón, noble ciudad

26/07/2021

Es bueno reconocer la historia y seguir haciéndola. Y eso es lo que Tarancón, localidad conquense a mitad de camino entre Madrid y Cuenca, ha puesto en valor conmemorando su centenario como noble ciudad o ciudad noble, en función de la circunstancia, título concedido en 1921 por el monarca Alfonso XIII y que a bien, tiene sus vecinos de ondear orgullosos en su escudo oficial.
Por eso, me sentí especialmente bien, al considerar su consistorio que yo, modesto historiador, podría colaborar siendo el albacea de tal constatación al exponer en breve alocución el día institucional -15 de julio de 2021- mis investigaciones sobre el contexto histórico de tal insigne momento. Fue un honor y un placer, y por ello quiero dejar claro que este tipo de actos dan realce a los pueblos, en su identidad como tales y en su devenir como comunidades que valoran su pasado y afrontan con bastante dignidad y decisión su futuro.
Mis palabras siempre fueron encaminadas hacia ese reconocimiento, en relación a quienes tuvieron la decisión de participar en tales honores, como ejemplos de esforzados taranconeros por mejorar su lugar de origen.
Los momentos históricos serán trascendentes para la evolución de este lugar, y será el año 1921, durante el reinado de Alfonso XIII, cuando los esfuerzos del diputado por Tarancón el Señor Cervantes se verían recompensados al conseguir que el rey firmara el título de ‘Noble Ciudad’, siendo recogido en su escudo oficial.
No hay duda que esta concesión enaltecerá los honores de este lugar que ya había conseguido el título de villa en el siglo XVI en tiempos de Felipe II, revivirá el orgullo de todos los ciudadanos quienes se sentirán debidamente reconocidos por sí y para sí. Nos dice la Real Academia que el título de Ciudad es una calificación otorgada o tradicionalmente reconocida que goza de mayor preeminencia que el título de Villa, del que como he dicho, también dispone nuestra localidad desde el siglo XVI.
La diferencia entre ciudad y villa no guardará ninguna relación con el tamaño o importancia en ese momento de la entidad que lo recibe, y pueden ser ciudades algunas sedes episcopales o cabezas de territorios administrativos; pero claro está, que la concesión de ‘Noble Ciudad’ conlleva otra singularidad en su significado, por cuanto es concedido por los reyes y añade a la concesión de Ciudad la nobleza de privilegio como facultad del monarca por recompensa de servicios prestados a la corona, y en algún caso, que no es éste, por acciones gloriosas del momento.
De una u otra manera, el rey Alfonso XIII había firmado dos Reales Decretos (el 27 de mayo de 1912 y el 8 de julio de 1922) y una Real Orden de 29 de mayo de 1915, donde quedaban perfectamente regulado los títulos nobiliarios, en rehabilitación, caducidad, o nombramientos, no solamente para personas jurídicamente calificadas sino para ciudades o entes administrativos de carácter colectivo o social.
Ahora se cumple Centenario, merecido, orgullo de vecindad y privilegio de quienes aquí llegamos para ser recibidos con la generosidad que un pueblo elegante, noble e histórico ofrece sin condiciones. Enhorabuena taranconeros.

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