Según la Real Academia, ‘Viajar’ es trasladarse de un lugar a otro, generalmente distante, por cualquier medio de locomoción. Sin embargo, otros lo definirán como el sentimiento y la acción de crecer como persona, aventura, alegría..., porque Viajar no es solamente trasladarte de lugar, es conocer culturas diferentes a las tuyas, lugares desconocidos, vivir experiencias, sentirte más libre.
Seguro estoy, que muchos de los lectores de mi columna dirán -y con lógica- que ¡vaya momento de sacar este tema! cuando como consecuencia del coronavirus, estamos confinados a residir en nuestro entorno, como mucho, viajar a los pueblos de tu provincia, ahora a la región y dentro de poco, al país donde vives o a lugares donde puedas encontrarte más seguro -del riesgo sanitario- o que el riesgo de contagio de esta pandemia sea mínimo o nulo. Ahora, tardaremos un tiempo en perder el miedo a viajar a esas otras culturas, sobre todo, orientales o exóticas, por eso de no saber lo que podrás encontrarte o si llega un nuevo brote, ¿cómo volver o cómo estar?
Por eso, el concepto de Viajar se ha hecho viral, necesario, deseado, temeroso, arriesgado, provocador, y en cada uno de nosotros se diluye el axioma de sí o no, viajar o quedarse en casa, salir o no salir, de seguir recorrido de naturaleza próxima en lugar de lejana, de deambular o sentir la sensación de lo cercano. De no saber cuál es el deseo.
Y es que además, hay dos claros conceptos del viaje, en las generaciones que ahora mismo compartimos inquietud. Olvidándonos de la Covid-19 -eso es difícil e imposible, ¿verdad?-, pero bueno, hagamos un esfuerzo de imaginación y lo dejemos un poco de lado.
Entre mi generación, la anterior (mis padres) y la posterior (de los 30 a 50 años), cuyo concepto de Viajar ha sido «disfrutar y conocer», está el concepto de la generación de ahora -la de los jóvenes de entre 15 y 30 años- quienes conceptúan el viaje como ‘vivir’ y dejan más de lado, el disfrutar o conocer las excelencias de cada lugar, porque ellos, necesitan llegar a un lugar para trabajar, mejorar en su aprendizaje, vivir el día a día, compartir con gentes de su edad y no tanto sentir la sensación de enriquecerte con su cultura o bellezas del entorno, objetivos básicos de nuestras generaciones. Traveling: it leaves you speccchless, then turs you into a storyteller (ibn Battuta), es decir, Viajar: te deja sin habla, y luego te convierte en un narrador, porque nos gusta observar y recoger lo observado, estudiar su cultura, sus costumbres y evocar cada viaje como algo tuyo.
El joven, necesita el viaje para vivir, sentir el trabajo, porque sabe idiomas y necesita salir de su entorno para poder vivir mejor, sentir que es capaz de dar rienda suelta a lo que ha estudiado y trabajar porque en su entorno o vida familiar no encuentra lo que desea y necesita. No tanto le preocupa la cultura del lugar donde va, ni siquiera esos monumentos que le definen, necesita «estar» y luego, estando, compartir sus sensaciones de amor, diversión, compañerismo, etc.
Viajar, dormir, enamorarse, como esos tres modos de irse a lugares que no conoces.
Bueno amigos, mal momento para pensar en el Viaje como disfrute o como pasión, ahora, este dichoso Covid nos genera miedo, pero también tenemos ‘mono’ por salir, por poder hacer lo que hacíamos, por sentir ese disfrute ante lo que pueda pasar. La vida, ahora, la estamos viendo de otra manera, desde otra perspectiva y tal vez nos sirva eso que decía George Moore: «aunque me encante el mundo y conocerlo, no hay nada mejor que volver a casa para darnos cuenta de muchas cosas importantes»; pues bien, aunque me encante la vida, no más que reflexionar por lo que estamos pasando, para darnos cuenta lo que vale tener salud. Y si no, ¿qué pueden decir los que se han ido por culpa de esta pandemia a ese, su viaje de ida que no tiene vuelta?