Dionisia García está de vuelta con un nuevo poemario, ya disponible en todas las librerías. La autora de Fuente Álamo, premio internacional de  Poesía Barcarola, entre otros galardones, comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de Mientras dure la luz, obra editada por Renacimiento.  

¿La anterior publicación fue Atardece despacio, una recopilación de sus obras?

Asís es. Las obras completas, Atardece despacio e hice mal en incluir en estas obras completas un poemario  inédito, Regresos. Se publicó en 2017 y Mientras dure la luz, estos días.  Esos son los plazos que tengo para los libros, más o menos. 

¿Cómo es el nuevo poemario que ahora presenta?

Mientras dure la luz, es curioso, también el título es autobiográfico. Por mi alta edad, estaré escribiendo mientras dure la luz. Si la luz dura, si la mente está lúcida, publicaré, pero más o menos, el plazo es de tres a cuatro años. 

Mi poesía, en general, es humanista, me interesa el ser humano y su entorno. Van pasando las épocas y me sigue interesando lo humano del poema y esos entornos son tan ricos que es muy difícil abarcarlo todo. Decir que el tiempo es una de las características de mi poesía, no es decirlo todo. Hay un poema en esta obra que se titula Teoría, porque tengo la teoría que el tiempo está parado, somos nosotros tiempo, somos los que pasamos.  Lo titulo así, Teoría (Tiempo inmóvil). El acercamiento al ser humano es un tema suficientemente amplio como para no coger parte de él y, de alguna manera, incluirlo.  

¿Esos poemas son, podemos decir, las ideas de la autora?

Como sabemos, los poemas son  las ideas que uno tiene, los temas, que van saliendo en la medida que pasa el tiempo. No por ser un tiempo lejano, el poema no está en el presente, en la modernidad.

Los temas son muy amplios, tanto como sería hablar del ser humano en sí. 

 ¿Regresos y Mientras dure la luz abordan los mismos asuntos?

Debemos escribir mientras estemos lúcidos, que es lo que vienen a decir las dos últimas obras mencionadas. Rita Levi, por ejemplo, es una referencia porque a los 100 años dio su mejor libro. Era científica, pero mezclaba esta disciplina también con la literatura.  

¿Tendrá presentación la obra también en Albacete?

A mí me gustaría. Estuve en Albacete en la Universidad y me hizo un homenaje Andrés García Cerdán, un gran poeta y además somos del mismo lugar. Para mí fue muy emocionante estar cerca de él, en Albacete, fue una convocatoria muy bonita y me sentí muy bien. Hice el Bachillerato en Albacete y después, en Murcia, Filología Hispánica. Vengo a decir que estoy entre dos ciudades, una la de la infancia y primera juventud y la otra, hasta nuestros días, hasta que Dios quiera.  

Previamente a la publicación de Atardece despacio recibió el premio internacional Barcarola de Poesía.

Primero, me parece una gran revista Barcarola, es gran empeño de Juan Bravo y José Manuel Martínez Cano. Yo la sigo recibiendo y me parece una revista excelente. 

Recibí el premio Barcarola por La apuesta. A veces apostamos por naderías. El ser humano está en una extrema soledad y, dentro de eso, busca como ya hacía Aristóteles, trascender. Soy cristiana y católica y he apostado por esa vivencia y por esas creencias. La apuesta viene a tratar de eso, fundamentalmente.  

Una poesía, como resaltó el jurado, plenamente moderna. 

Creo que esa modernidad se debe a que siempre me he mezclado con las nueva generaciones, no sé por qué. Siempre les dije que no se preocuparan, yo les regalaba mi experiencia y ellos y ellas el aire de su juventud. Ahora no me resigno a no  apoyar a esas personas, las sigo apoyando y creo que están muy bien esas vivencias en compañía de otras generaciones. Hay un poeta en Murcia, Soren Peñalver, que siempre dijo que mi poesía era moderna. No sé, la poesía es un misterio, viene a nosotros cuando quiere y la dejamos en la mesa del mundo, por si alguien se acerca, pero no sabemos nada, es un misterio. Sé cuanto quiero decir, puedo saber algunas ideas, pero no sé en qué se han convertido esas ideas. Me encuentro con el poema y pienso que puede acompañarme el resto de mis días. Sería un beneficio para mí.  

Siempre apunta esa pertenencia a dos ciudades...

Por supuesto y siempre lo digo. Me siento muy bien en Murcia, pero también me siento bien en esa ciudad donde pasé  mi infancia, desde los 10 años, y parte de la juventud. Hay muchas personas en Albacete a las que admiro, por el empeño por salir adelante. En esa admiración siempre ha estado la revista Barcarola que, para mí es fundamental. No he perdido el contacto con sus  directores.