El Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha tiene nueva Junta de Gobierno encabezada por María Dolores Gómez Castillo quien repite en el cargo de decana por cuarta vez. Con sede en la capital albacetense en este nuevo mandato hasta el 2024, Gómez se ha marcado como objetivos poner coto al intrusismo y seguir trabajando por el afianzamiento de la psicología en Castilla-La Mancha y por dar visibilidad a esta profesión.
Usted acaba de salir elegida como decana de los psicólogos manchegos. Este va a ser su cuarto mandato, no obstante, puede recordarnos ¿cuántos miembros tiene la Junta de Gobierno del Colegio?
13 miembros. Al ser un colegio regional, cada provincia está representada con un miembro o con dos como máximo, mientras que el resto son miembros de la junta permanente, que también son de Albacete, y un conjunto de personas representativas de toda la comunidad. Además, de decana formo parte del Consejo General de la Psicología de España, como vocal y asimismo soy la representante y la coordinadora de la división de la salud clínica de la salud en el citado Consejo.
Dentro de sus componentes ¿cuántos renuevan?. ¿Cuántos repiten?
Aproximadamente el 50% son nuevas y un 50% son personas que ya estaban anteriormente y ya tienen un conocimiento importante del funcionamiento colegial, al margen de querían seguir trabajando por la psicología de Castilla-La Mancha.
¿Van a optar en su trabajo por la continuidad sobre lo que se venía haciendo, o no?
Se puede decir que nosotros vamos a continuar con las líneas que hemos seguido en pro del afianzamiento de la psicología en Castilla-La Mancha y de dar visibilidad a esta profesión, así como de coordinación con todas las instituciones y con otros Colegios profesionales, sobre todo, luchando contra el intrusismo y trabajando dentro de nuestros ámbitos más importantes, y como son la psicología clínica y sanitaria, un campo en el que trabajan casi el 60% de los psicólogos y psicólogas que hay, los servicios sociales o la educación.
La psicología, de alguna manera, lo que ofrece, es una profesión que tiene múltiples aplicaciones en distintos campos, aún siendo el mayoritario, el clínico y el sanitario.
¿Cómo llega Dolores Gómez a la Junta de Gobierno?
Empecé como vocal en una junta anterior y de todo el trabajo que hice en esa época destacaría el desarrollo y la implantación del grupo de intervención en desastres y catástrofes en el Colegio Oficial de Psicología a nivel regional.
Fue una etapa interesante y cuando, al irse la decana que había en aquel entonces, me proponen que recoja las riendas, yo me lo pienso y por compromiso, por responsabilidad, las cojo y acepto, y aquí continuo. Me gusta mi profesión, yo trabajo dentro del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, coordino la Unidad de Trastorno de la Conducta Alimentaria y también soy tutora de residentes, por lo que se puede decir que mi compromiso con la psicología es importante tanto en mi ámbito profesional como en donde estoy por lo que puede suponer de trabajo por esta profesión; una profesión que, además, es joven, que no llega a los 40 años en España. Me gusta, como he dicho, mi trabajo pero también me gusta que se mejoren las cosas, que las cosas que puedan cambiarse se cambien y dentro de la profesión podamos afianzarlas.
Esta, como hemos mencionado, es su cuarta vez, no obstante, ¿hay algún límite para ser decano?
En un principio ahora yo iba a dejarlo pero me animaron para seguir adelante y sigo. No obstante, nosotros no tenemos tiempo en nuestros estatutos, aunque espero de alguna manera en este tiempo que me queda llegar a más gente que quiera seguir, pero no crea que es fácil. Una cosa es la responsabilidad, el poder participar y luego otra cosa, es cargar un poco con esto que, al fin y al cabo, es una responsabilidad, un reto, un compromiso. Además, me gusta trabajar en equipo, al margen de que no concibo el trabajo de otra manera.
Hablando de retos, de compromisos, una de las líneas sobre las que van a trabajar es el intrusismo, su freno. ¿Cómo lo van a hacer?
Con la puesta en marcha de medidas tanto de concienciación de la población como legales, más en esta nueva etapa social en la que todos y con muy poco pueden actuar en lo emocional, pueden dar consejos, pueden ayudar. Queremos que la población sepa distinguir que la psicología es una disciplina, que tiene unos postulados. Pero que también tiene una praxis teórica y unas evidencias científicas que permite que sus técnicas, sus estrategias estén avaladas. No es cualquier cosa.
La población debe tener la garantía de que cuando busca ayuda psicológica, que hoy, además, hay una elevada demanda, sepa que quien se la presta es un diplomado, un colegiado, una persona con una titulación académica, con una formación que le permite practicar una atención adecuada y no un charlatán o un guru de los que hay tantos en las redes sociales. En todas las profesiones hay intrusismo, de lo que se trata es de diferenciar, como se dice, el grano de la paja. No porque venga alguien y te dé una palmada en el hombro está haciendo de psicólogo. No se puede vender humo y que la gente se lo crea.
En su opinión ¿cuándo se tiene que acudir al psicólogo?
Cuando con nuestros recursos sociales o personales de apoyo que tenemos a nuestro alrededor nos cuesta adaptarnos. Cuando veamos que ese malestar perdura, que esas sensaciones emocionales nos impide una funcionalidad, un disfrutar de ciertas actividades, y, además, vemos que ese malestar empieza a permanecer estable, por decirlo de alguna manera, es cuando uno deberá consultar, máxime cuando se pueden resolver las cosas a través de técnicas terapéuticas que nos van a permitir poder gestionar la situación reactivando nuestros recursos y de esta manera intentando que no se deriven a otros estados más complicados y a su vez más generalizados en nuestra sociedad y como es la depresión, la ansiedad, el trastorno afectivo o las alteraciones estables del estado de ánimo, entre otros, y que, por otra parte, pueden producirse ante situaciones de la vida cotidiana como separaciones, divorcios o situaciones de paro.
No obstante, a veces, antes de llegar a esto uno puede preconsultar. Una consulta puede ser clarificadora, en el sentido de que te ayuda a saber si una situación es puntual y con una intervención corta y precoz se pueden arreglar las cosas, o, por contra, se va a necesitar algo más a largo plazo. Hay servicios de salud mental que tienen psicólogos y también existen consultas de psicología a nivel privado que también aportan este tipo de profesionales. No hay que tener miedo a acudir.
No obstante, desde hace tiempo la gente ha cambiado y mucho su percepción. Normalmente asume las consultas, las ve como profesionales y de hecho desde que tuve mi primera consulta, hace ahora más de 25 años, a hoy en día esto ha variado muchísimo. Hemos pasado de aquellas personas inicialmente resistentes a que las viesen, a llegar los adolescentes o las madres a hablar con la psicóloga.
Este prejuicio se va trabajando, se va quitando, sobre todo, porque ven que les es útil, porque ven que la atención que reciben y los resultados que obtienen de ayuda para salir del pozo, de la situación compleja en la que estaban, se los da un profesional. Y esta valoración se nota.
No obstante, lo que necesitamos es estar más presente en algunos sistemas. Hemos aumentado en un porcentaje enorme dentro de la sanidad pública pero todavía hay una falta que impide que no hayan en Atención Primaria, algo que ayudaría muchísimo a prevenir, a intervenir precozmente en esos trastornos más comunes y así evitar que se vuelvan crónicos, que se agraven, y ya en lo que es atención hospitalaria a darles una atención mejor con más consultas y menos lista de espera
¿Qué consejos dan?
Los consejos que damos son variados según la situación. Las personas tienen que aprender a utilizar sus recursos psicológicos personales de la mejor manera. El trabajo psicológico siempre consiste en abordar una situación, tomar conciencia de ella e intentar a ayudar para conseguir una mayor capacidad de autocontrol, de manejo de las emociones o de mejor adaptación de las cosas. Aquí no se trata de dejar de tener emociones, de que no me pase nada, sino de que las cosas que me pasan las pueda resolver, o dicho de otra manera, que en lugar de que las cosas puedan con nosotros, nosotros podamos con ellas, aunque en un momento nos haya tocado sufrir, llorar.
Si usted como decana tuviese que hacer un perfil del psicólogo de aquí ¿cuál sería?
El 80 por ciento de los psicólogos son mujeres. Diría también que es gente que realiza bastante formación, que siempre está en formación continua, que es gente que presenta los mayores porcentajes de trabajo en el ámbito de las asociaciones y en el ámbito privado frente al ocho por ciento que trabaja en el sistema nacional de salud a nivel público. Luego están los que trabajan para ayuntamientos o para comunidades autónomas. Es un trabajo muy vocacional. Además, como es sabido, en Castilla-La Mancha, no hay facultad de psicología. Fundamentalmente las universidades de Madrid, Valencia o Murcia acaparan las preferencias de los futuros psicólogos manchegos, aquí sólo hay un master de psicología sanitaria y en esto la colaboración del Colegio ha sido total. Los colegiados que tenemos en la comunidad manchega son 1.300.
Por último, ¿qué servicios les presta el Colegio?
Darle la respuesta que sea la más adecuada a sus necesidades. Así, en la última temporada, en los últimos cuatro años, hemos hecho una apuesta muy importante por modernizar el Colegio en toda la parte informática con la modernización de nuestra página web o de formación potenciando toda su versión on-line, máxime en una región como ésta. Hemos apostado por los vídeos formativos y su difusión y por una mayor presencia en las redes sociales, a la vez que tenemos unas jornadas específicas y nos hemos adentrado en el uso de otros formatos como los cafés coloquios que se han ido llevando y con éxito en todas las provincias con temas de actualidad y abiertos a la población. El objetivo, difundir la psicología entre la población, acercarla.