En Chinchilla de Montearagón, la borrasca Filomena no produjo incidencias de importancia, según señala su alcalde, Francisco Morote. A primera hora de la mañana, la actividad se ralentizó un poco, pero a medida que las máquinas quitanieves y las cuadrillas hacían su trabajo todo volvió al ritmo normal, tanto en el casco urbano como en los polígonos industriales. En las pedanías, se reforzó el dispositivo con máquinas de los mismos núcleos de población, así que los propios pedáneos comfirmaron que todo se desarrollaba con normalidad aunque los espesores de nieve aún rondan los 10-15 centímetros. Como anécdota, señalar que por la noche hubo que sacar de la zona del Castillo a un pequeño grupo de personas que se desplazaron para hacerse unas fotos con la nieve y se quedaron atascadas, pero sin consecuencias dignas de mención.