El tobarreño Francisco José Peña Rodríguez acaba de publicar De Alfonso XIII a Tierno Galván. Estampas del siglo XX español, premio internacional Cuadernos del Laberinto de Historia 2022. El autor, doctor en Filología Hispánica, comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra, un retrato de la historia del siglo XX, a través del perfil de sus protagonistas.

¿Por qué decidió participar en el premio internacional Cuadernos del Laberinto de Historia?

Sinceramente, no tenía mucha esperanza de ganar, porque el libro está escrito un estilo ameno. Me interesa contar la historia para que llegue al gran público, lo que pasa es que conocía la editorial y me animó saber que se lee lo que presentas. Me encontré con la sorpresa de que había conseguido el galardón.

La investigación histórica es una faceta que le gusta.

Seguro. Yo soy doctor en Filología y profesor de Literatura  en secundaria, pero mi hobby siempre ha sido la investigación histórica y llevo muchísimos años investigando sobre la Guerra Civil en Albacete y la represión republicana y últimamente, franquista. Durante la pandemia decidí que la espinita clavada de la historia tenía que tener un título y obtuve el máster en Historia, pero los trabajos de investigación vienen antes. Me interesa, especialmente, la historia de España del siglo XX. 

¿Qué aporta este retrato a la historia de nuestro país del siglo XX?

Aquí he querido contar lo que en los manuales de Historia convencionales cuentan muy de pasada.  

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, la relación personal que había entre Alfonso XIII y Maura, que no era buena. Sin embargo, Maura, como jefe de Gobierno es el padre político de algunas medidas como la jornada laboral de ocho horas o la ley de descanso dominical. Aunque era un político válido, el primer conservador en España de tipo europeo, su relación con el rey no era muy buena. Luego, me llama la atención muchísimo que en Portugal hubo un dictador con un mandato casi tan largo como Franco, pero a diferencia de otros, Oliveira Salazar era un catedrático de Economía de la Universidad de Coimbra. En sentido estricto, es el dictador que más tiempo ha estado en Europa al frente de un Gobierno.  Luego, hay otras cuestiones curiosas, España sale del aislamiento internacional gracias a Estados Unidos, pero en concreto a los presidentes del Partido Republicano, que son los que más apoyan a Franco, Eisenhower y Nixon y compartían muchas cosas con Franco, catolicismo o una idea muy tradicional de la familia.  

¿Hasta qué época del siglo XX llega con el libro?

El libro se cierra con una mirada a las Municipales de 1979 que concreto en la ciudad de Madrid, sencillamente porque tengo una buena relación con Joaquín Leguina, que iba en la candidatura de Tierno Galván, que sumó con el Partido Comunista de Tamames, el concejal de Hacienda es Joaquín Leguina, antes de ser presidente de la Comunidad Autónoma. Además de una mirada a la prensa de la transición, que hizo un papel extraordinario, el testimonio de primera mano de Joaquín Leguina ayuda mucho a entender cómo fue aquella primera elección. El prólogo lo ha hecho él y realmente, es un capítulo más.  

¿Qué personaje es el que más le llama la atención?

Varios, pero en concreto dos, Antonio Maura, conservador, que sigue siendo un político desconocido en la España del siglo XX y creo que es fundamental, porque los partidos conservadores, en la monarquía de Alfonso XIII tomaron  medidas que hoy serían propias de partidos de izquierda. El otro es Tierno Galván porque es el primer socialista en tener poder real antes del 82. La primera coalición se hizo en el Ayuntamiento de Madrid en 1979, PSOE y Partido Comunista. Creo que los aciertos de Tierno Galván fueron más que sus errores yo eso pudo llevar a gente que tenía dudas a votar a Felipe González en octubre del 82. 

¿Algún personaje que pueda estar sobrevalorado?

Sobrevalorados en sí, no tenemos líderes en el siglo XX, pero sí que hemos tenido políticos que parecía que tenían una capacidad muy importante, probablemente Alfonso XIII y la mayor parte de las decisiones que tomó fueron polémicas y esas polémicas contribuyeron a que la monarquía fuese perdiendo la popularidad y se proclamase la segunda república.  

¿Por qué paró en 1979?

Creo que todavía nos falta algo de perspectiva para contar como historia algunas cosas de los años 80, aunque se podrían contar ya.