La utilización del lenguaje cambia, según quién lo haga, cómo lo haga y para qué lo haga. Empezaríamos con el que lo hace. No es lo mismo la manera de utilizarlo cuando uno escribe para los demás puesto que el escritor o periodista lo utiliza como un medio indispensable para la comunicación; sin embargo, para el resto de los mortales, el lenguaje es un medio indispensable para la comunicación con los demás.
Está claro que la sociedad, en general, lo utiliza para su servicio; para comunicarse, para su medio de vida, para entenderse con los demás, para compartir. El escritor, suele pensar en su buena utilización, aplicando los conocimientos léxicos, los modos de interpretación, la adecuación de los signos ortográficos, la belleza lírica en su contenido; y el periodista, para facilitar al lector la idea que quiere transmitir o la noticia, en función también de su peculiaridad o de su enfoque –a veces demasiado subjetivo y personal-, etc., etc.
Esa razón es la que nos lleva a los entresijos del lenguaje y si cabe, a reflexionar sobre ellos. Pero ¿qué es un entresijo? Para los entendidos, es una cosa oculta, interior, escondida; y esa estrategia suelen utilizarla los escritores ya que pretenden, en muchas ocasiones, hacerlo difícil para que el lector tenga que reflexionar o pensar en el mensaje o contenido de ese texto.
Y ahora vayamos a las redes sociales, clave de la modernidad comunicativa. Sin duda, se han convertido en los nuevos canales de información, más rápida y más común; pero su mala utilización nos está llevando a la desinformación, a la mentira, a la difamación, al insulto y a la acusación fácil. Muchos de los que utilizan las redes, se respaldan en ella para su cobardía, para insultar, decidir, atentar contra la dignidad del otro, sin dar la cara, sin la valentía de expresar el por qué está haciendo uso de algo que presupone y que no comprueba, ni siquiera, advierte de su veracidad.
Somos conscientes de la gran ventaja social que suponen los adelantos informáticos y elementos de comunicación, por eso las redes sociales son un extraordinario activo, siempre y cuando lo hagamos con honestidad; y también es cierto, que su rapidez en el mensaje le ha llevado a desvirtuar el lenguaje en su estructura, en su cuidado ortográfico, rompiendo los esquemas de ese lenguaje cuidado, culto y elegante. En este sentido, el joven nos está llevando a unas reglas de comunicación silábica con numerosos entresijos en clave que provocan adecuar un nuevo sistema de signos peculiares, impropios y desconcertantes. Es la moda y como tal, te enganchas o te descuelgas. Son los entresijos de los nuevos tiempos.