P ozuelo sorprende, no solo porque conserva varias fachadas y puertas ornamentales dignas de ser admiradas, sino porque cuenta con más servicios de lo que cabe esperar a razón de sus 469 vecinos empadronados a 1 de enero de 2020 y conforme se encuentran otras localidades de las zonas rurales de esta provincia.
El centro neurálgico del pueblo lo constituye la Plaza de la Virgen del Rosario donde se encuentra la iglesia de San Bartolomé y una Casa Consistorial que, además de los servicios sociales, tiene en su aledaño una sala de junta accesible donde se celebran los plenos municipales.
La parroquia es uno de los edificios más emblemáticos del municipio y más queridos por los pozueleños. Dedicada a su patrón San Bartolomé y fechada en el siglo XVIII, presenta formas austeras y funcionales y un amplio espacio interior de tipo neoclásico, donde llama la atención una sensacional pieza de imaginería que escenifica la figura de San José y que con forma salzillescas fue esculpida por Roque López en el año 1810.
También en su interior ofrece un museo dedicado a la coronación de la Virgen del Rosario, que al mismo tiempo exhibe cuantiosas antigüedades pertenecientes a la historia de Pozuelo. La Plaza Mayor acoge otra sorprendente joya arquitectónica: la denominada Casa-Palacio de los Coroneles, un caserón del siglo XVIII que se encuentra en manos privadas y que está distribuido en dos plantas, cuenta con una gran torre y unas portadas labradas, además de una rejería digna del pasado.
Andrés Martínez Martínez es un joven de 30 años, natural de Pozuelo, ahora concejal de su Corporación municipal. Asegura que esta casa-palacio no está «muy bien conservada por dentro», aunque en su fachada se observan algunos arreglos más propios de parches que de una buena rehabilitación.
«Esto depende de los propietarios», aclara. Pozuelo cuenta en estos momentos con un restaurante y un bar, el primero a orillas de la carretera «que funciona muy bien», pues es destino habitual de muchos transportistas. El segundo está gestionado por el Ayuntamiento «y da servicio a todo el pueblo», cuenta Andrés.
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