El Museo Municipal de Albacete acoge la exposición A cielo abierto, con fotografías de Juanjo Jiménez. Una muestra que se podrá visitar en la sala de la primera planta del museo hasta el día 23 de mayo, y que se acompaña con un libro del mismo título, ya disponible en La siesta del lobo ediciones y en las librerías albacetenses. 

Usted reivindicó que el Museo Municipal continuase como centro de exposiciones, también en su planta principal, y  que no se trasladase ahí el Registro Municipal, ¿por qué decidió este reencuentro y  llevar una exposición a la primera planta?

Para mí, exponer aquí es un acto de reivindicación. En mayo o junio del año pasado la lucha estaba fuera, para reivindicar que el museo siguiera siendo un centro de arte, ante la amanaza, que después se consumó, de la instalación  de las oficinas del Registro. Mi lucha, y la de todos mis compañeros de Albacete, era que siguiera siendo un centro de arte, ahora, al exponer, la lucha sigue siendo la misma. Yo  expongo para decir que esto tiene que ser un centro de arte y que ese Registro, es  algo muy negativo que nos ha pasado en Albacete y, como se está viendo de provisional, nada,  pasan los meses y sigue aquí. Entonces, exponer es otra manera de reivindicar, antes era fuera y ahora, desde dentro. 

Trae la exposición A cielo abierto, ¿por qué ese título?

Son fotografías realizadas en el exterior en distintos viajes, por Noruega, Finlandia, el norte de España, también por Albacete. No es una fografía documental ni para que quede bonita y sean postales, más bien detengo la mirada en detalles y sitios muy cotidianos, que normalmente pasan desapercibidos y, sin embargo, para mí tienen mucha expresividad, nos cuentan muchas cosas.  

¿Cuántas fotografías seleccionó para la exposición?

Las fotografías que seleccione, más o menos, son unas 100, que forman parte de un libro que se llama también  A cielo abierto, en el que hay recogidas más de 200 fotografías, con la misma intención y el mismo tema, que ya está en las librerías.  

¿Dos partes para el mismo proyecto?

Sí, la exposicón sale del libro, que es como una especie de catálogo de fotografías de todos esos viajes.  En el Museo Municipal he jugado con los formatos, montados de diferentes formas para darle interés a esta exposición. 

¿Cuándo están hechas?

La fecha de realización es algo muy curioso, porque están hechas hace bastantes años, 2004, 2007, son los inicios de la fotografía digital, por mi parte al menos, y eso me ha hecho pensar que en esa época era más fotógrafo que ahora, me fijaba más en la composición, en los colores, en la temática y, digamos que ahora soy más abstractos. 

Si voy a un pueblo, a lo mejor no fotografío la torre de la iglesia o la plaza,  a lo mejor es un ricón en una calle o unas piedras en las afuera. Casi me gusta compararlos con los no logares que se utilizan en el arte contemporáneo; serían no lugares rurales. En esta exposición la mayor parte de las fotografías son de cosas  pequeñas, hay pocas panorámicas aquí.

Destaca en el centro de la sala un par de imagenes.

Dos fotografías. Una con un árbol sobre unos adoquines y otra con unas piedras, como en un pedestal, para recalcar la idea esta de fijarme en lo intrascendente, en lo cotidiano, en lo que no es la gran foto. 

¿Trabaja más ahora con fotografía o pintura?

De todo, en la última exposición El Norte, en la Saramago, eran fotografías en las que intervenía; esta es fotografía pura, con bastante protagonismo del color. 

¿Qué proyectos tiene?

El libro lo presentaré en el Castillo de Chihchilla, dentro de las jornadas de Miradas, de Diputación. También tengo la presentación de otro libro, Viaje en bicicleta desde Aguas Nuevas a Albacete, que será en el Museo de Albacete, el 4 de mayo, también de fotografía con pequeños textos a modo de diario.