El Acequión, la zona arqueológica a 14,5 kilómetros al oeste de la  capital, junto a la carretera de Barrax, una  laguna endorreica desecada donde se descubrieron vestigios de un poblado de la Edad del Bronce, aproximadamente de 2000 años  a.C.,  que formaba parte de la tradición de las motillas del Bronce Manchego, está llamada a convertirse en proyecto arqueológico que favorezca el desarrollo turístico.

El alcalde de Albacete, Emilio Sáez, con otros miembros de la Corporación y el equipo técnico encargado del proyecto de El Acequión, visitó la zona. 

Emilio Sáez subrayó que «estamos ante un día histórico para la ciudad y su término municipal».

El alcalde, que giró una visita a los terrenos, apuntó que si «el informe técnico y arqueológico es positivo, iniciaremos los trámites para cerrar un acuerdo con la familia Núñez, propietaria de los terrenos, con el objetivo de hacer realidad este proyecto arqueológico, que favorecerá el desarrollo turístico y económico de la ciudad, además del cultural y patrimonial».

El director científico del proyecto de El Acequión y profesor de la Complutense, Luis Benítez de Lugo, destacó que «estamos recuperando la motilla de El Acequión, fundamental a escala internacional,  para la ciudadanía, un elemento de gran interés que está llamado a ser el octavo parque arqueológico regional de Castilla-La Mancha y lo que estamos haciendo es dar cumplimiento a ese impulso del Ayuntamiento al haber sacado un concurso público que ganó la Universidad de Cádiz para hacer un prospección geofísica, con georradar y magnetometría y un vuelo fotogramétrico para tener una planta de la motilla de El Acequión, trabajos que empezaron el lunes y que se desarrollarán durante toda la semana y con la lectura que nos den, el Gabinete de Obra Civil, podrá trabajar, con la familia, para delimitar y actualizar el perímetro con interés arqueológico y realizar acciones de investigación, pensando en la conservación y disfrute por los ciudadanos de Albacete».

Una parte de esa sociedad ya pudo visitar estos terrenos ya que tanto Aluex como la Asociación de Amigos del Museo o del IEA estaban en este «encuentro» con el yacimiento arqueológico.

Los miembros de la Unidad de Geodetección de la Universidad de Cádiz, los arqueólogos y profesores José Antonio Ruiz y Lázaro Lagostena, concretaron que se hace  un trabajo de prospección arqueológica para el cual cuentan con arqueólogos locales y en este caso la apuesta de la Universidad de Cádiz es por una técnica no invasiva, con un equipo puntero para geodetección, con anillo perimetral de unos 24.000 metros alrededor de la motilla y se ha realizado ya buena parte de él, con varios vuelos de drones en la zona de necrópolis y un recinto relacionado con cerámica de época Ibérica y un posible asentamiento.

 José Núñez, en nombre la familia propietaria, destacó la cordial relación con el Ayuntamiento ya que «nos une un objetivo común, la recuperación del yacimiento».