Los neologismos son palabras o expresiones de nueva creación en una lengua. En la española, han ido apareciendo muchas a lo largo de estos últimos años. Sin duda, pueden ser préstamos de otra lengua, o simplemente nacer como moda provocada por cambios, adaptaciones, mentalidades o situaciones de crisis. En estos momentos, han sido las redes sociales uno de los detonantes de la aparición masiva de neologismos en la lengua castellana.
Sin duda, la Real Academia de la Lengua (RAE) tiene en estos momentos, bastante trabajo para aceptar algunos de los vocablos que comienzan a hacerse virales en la sociedad de la tecnología. Por otro lado, los usuarios de estos mecanismos modernos que se apoyan en las condiciones tecno-informáticas, dudan entre darles continuidad a algunos de ellos, o dejarlos sin uso en función de las dinámicas coyunturales del modernismo.
Entre los muchos ejemplos que han ido apareciendo y que podríamos considerarlos como neologismos aparecen: biodanza (sistema o terapia que música, danza y vivencias personales); coparentalidad (situación o proyecto de tener hijos sin pareja); retuitear (volver a publicar o compartir un tuit); clicar o cliquear (situar en un punto el cursor del ordenador); viralizar (hacer muy común un contenido que circula por la red); escrachear (manifestar repudio a una figura en un lugar público); googglear (utilizar google para buscar en las redes); trolear (ofender o provocar polémicas malintencionadas en un foro virtual); veganismo (forma de vida y alimentación que rechaza la utilización y consumo de animales); bloguero (persona que lleva un blog); flipante (que asombra o maravilla); empoderar (dar fuerza o poder a sectores sociales desfavorecidos); arqueoturismo (turismo en yacimientos arqueológicos); nomofobia (miedo a quedarse sin teléfono móvil); bajo perfil (situación de pasar desapercibido o mostrarse poco socialmente); finde (fin de semana); trans (persona transexual o transgénero).
Y he dejado para el final 'Postureo' (tendencia a mantener una pose o apariencia), la que se ha puesto demasiado de moda, por eso de querer, especialmente miembros de la clase política, estar en primera línea más por apariencia que por convicción. La moda llega a todos los ámbitos y la sociedad tiene la facilidad de adaptarse al cambio, con sus más y sus menos, pero sin demasiadas frustraciones.