Librería Popular acogió la presentación de Remake, de Chema López, en un acto en el que estuvo acompañado, entre otros, por Pedro Oliver Olmo y Sergio Delicado. El pintor y ensayista comentó a La Tribuna de Albacete cómo se gestó el proyecto editorial, que tuvo como origen el cuadro políptico de 2010, con el mismo título. Cuidadosa y profusamente ilustrado, el libro toma como caso de estudio la figura de un ladrón célebre, Jesse James.
¿Un cambio temporal de pintura a literatura?
No es exactamente literatura, es una especie de ensayo que parte precisamente de un cuadro que pinté en 2010 y a raíz de esa obra escribí un pequeño artículo, se convirtió en un pequeño libro y, ahora, este más grande, por eso se llama Remake porque aparte, el tema es sobre la copia, apropiación, cine y pintura, pero también es una ampliación de un texto que escribí a raíz del cuadro.
¿Merecía la pena este nuevo tratamiento?
Al pintar el cuadro, que era sobre la representación, sobre cómo la cultura surge a partir de cosas que se han hecho anteriormente y son vueltas a hacer de otro modo y cada uno va aportando su granito de arena.
Utilice la imagen fotográfica de Jesse James, el ladrón de las películas del oeste y, partir de ahí, en Remake, reflexiono sobre la cultura como trabajo colectivo, como estudio de cómo Jesse James, un mito popular del bandido generoso, como nuestro Pernales, se convierte en mito. La cultura popular, el folclore y la tradición a partir de canciones y literatura de cordel, más con Jesse James, que coincidió con el nacimiento del cine, lo alejó totalmente del personaje histórico para convertirlo en una especie de cristalización de ese anhelo de justicia o restitución social.
¿Plantea también tanto en el cuadro como en la obra una reflexión?
Sí, el cuadro también se llama Remake y partió de una reflexión sobre mi propio trabajo y como pinto a través de fotos o de fragmentos de pintura o literatura, es mi manera habitual, es como un ejercicio de autoconsciencia aplicándolo a un caso.
No podía faltar la presentación en su tierra de esta obra.
Así es, me hacía mucha ilusión esta presentación en Albacete, en Librería Popular, porque la semana que viene, el jueves, lo haré en Llibreria Ramon Llull, en Valencia.
¿Continuará con esta doble faceta o Remake es un caso puntual?
Nunca se sabe. Veremos la aceptación que tiene Remake y si la editorial me anima a seguir escribiendo, pero en principio soy pintor.
¿En qué trabaja ahora?
Pues es casual, pero después del parón de la pandemia, en este momento coincide que he lanzado el libro pero tengo dos exposiciones al mismo tiempo, en Madrid y en Valencia, con la galería Rosa Santos, que terminarán a finales de mes. Se me ha juntado todo la verdad.
Estos dos proyectos, son todo obra nueva y es el trabajo que he preparado últimamente, también durante la pandemia, como es lógico, aproveché para pintar.
¿Continúa con sus planteamientos en blanco y negro?
Justo estas dos exposiciones son las primeras que hago en color desde 1998. Hay una reflexión sobre el color en las exposiciones, que se llaman Carta de Quebrados. El tema del color es fundamental, aunque sean tierras, grises, colores ambiguos.
Su última exposición en Albacete fue hace unos años. ¿Tiene previsto volver a traer su obra?
Debió ser sobre 2010 y las organizó la galería La Lisa de Arte Contemporáneo, que tristemente desapareció. Fue en la propia galería y con la Diputación Provincial en el Centro Cultural La Asunción. Desde entonces participé en la colectiva que organizó Pablo Alfaro Estudio creo que por Navidad, que estaba muy bien porque era como una especie de repaso a la pintura en Albacete. Proyectos para volver con una exposición, desde luego, cuando surja, aunque en estos momentos no hay nada concreto.