Si bien no están en la primera línea de batalla para hacer frente al Covid-19, han sido y son un escudo de protección fundamental para evitar la propagación de este virus en la población. Las 52 enfermeras de vigilancia epidemiológica (EVE) con que cuenta la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, una figura que se implantó a mediados del mes de mayo del año pasado, en plena primera ola de la pandemia, han jugado y siguen jugando en estos momentos de repunte de la incidencia, leve todavía en el caso de Albacete, una labor vital para frenar los contagios del coronavirus y evitar que de nuevo el sistema sanitario público se sature como viene ocurriendo en el último año cada vez que los contagios se desatan y el virus campa a sus anchas.
Un ejército de rastreadores que empezó con 22 profesionales de Enfermería dependientes de los equipos de los centros de salud de Atención Primaria, y que conforme fue aumentando la demanda creció hasta las 52 actuales. Cifra que en toda la provincia de Albacete ronda el centenar.
Su vigilancia diaria, de lunes a viernes, en turnos de mañana y tarde, incluso los fines de semana, ha permitido hasta la fecha detectar 18.300 casos positivos de Covid sólo en la GAIde Albacete, y hacer un seguimiento pormenorizado de 38.800 contactos estrechos de los infectados. Entre el 10 de agosto y ayer aislaron y realizaron el seguimiento de 17.305 casos positivos y 36.851 contactos estrechos, mientras que desde mediados de mayo hasta primeros de agosto fueron 995 los contagios detectados y 1.950 los contactos estrechos. A esta cifra había que sumar la detección temprana que hace la Delegación de Sanidad de los casos privados dependientes de mutuas.
Esta detección precoz de casos positivos de coronavirus, en opinión de Juani Vinuesa, coordinadora de equipos de Atención Primaria en la GAI de Albacete, ha dado sus frutos para que ahora Albacete disfrute de una situación epidemiológica «privilegiada».
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