El caso del fármaco Depakine llega a la capital

T.R
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Un afectado conquense con historia clínica en el Hospital General de Albacete, socio de Avisav, anuncia que presentará una denuncia conjunta contra la farmacéutica Sanofi, para pedir una indemnización

Álvaro Palacios, afectado de Depakine, y su madre, Antonia Zamora, charlan en el Parque Lineal. - Foto: José Miguel Esparcia

uando parecía que la regulación para garantizar la seguridad en nuestra salud de los medicamentos que tomamos había mejorado gracias a los sistemas actuales  de farmacoepidemiología y que más de medio siglo después del escándalo provocado por la dispensación a miles de mujeres embarazadas de talidomida, un fármaco que provocó graves malformaciones a muchos recién nacidos, la historia parece volver a repetirse, en esta ocasión con un fármaco antiepiléptico cuyo nombre comercial es Depakine, que fabrica la farmacéutica francesa Sanofi. Este medicamento, referencia por su eficacia para tratar las epilepsias generalizadas de tipo idiopático, cuyo principio activo es el ácido valproico, y que también se usa últimamente para las migrañas y a nivel psiquiátrico para el trastorno bipolar, dispara el riesgo de trastornos en el neurodesarrollo y de malformaciones en el feto. Numerosos estudios vienen advirtiendo de ello desde hace años. Sin embargo, no fue hasta 2014 cuando la Agencia Española del Medicamento (Aemps) emitió una alerta y recomendó a los médicos que restringiesen lo máximo posible la prescripción de este fármaco a mujeres en edad fértil. Cuatro años después la Aemps volvió a comunicar una segunda alerta en la que admitía que «las medidas adoptadas no fueron suficientemente efectivas». 

De hecho, si la talidomida marcó un antes y un después el Depakine va camino de superar la dimensión de ese problema de salud con creces. A pesar de que en  España puede haber unas 9.000 mujeres en situación de riesgo, no ha sido hasta hace poco cuando esta problemática ha empezado a aflorar ante la opinión pública, gracias a la creación de una asociación de ámbito nacional, Avisav (Asociación de Afectados de Ácido Valproico), que ha nacido para defender los intereses de las víctimas, y que ya aglutina a 65 familias, 17 de ellas  con diagnósticos de afectación por el polémico fármaco, consumido por madres gestantes con epilepsia durante el embarazo. Una de esas familias afectada por las consecuencias adversas del ácido valproico diagnosticada de síndrome fetal en la Unidad de Salud Ambiental del  Hospital de La Arrixaca, en Murcia, único centro hospitalario de España encargado de momento de hacer los diagnósticos y valoraciones de cara a la petición de indemnizaciones a la farmacéutica Sanofi, vive en Cuenca, en Quintanar del Rey, pero con historia clínica en el Hospital General Universitario de Albacete, donde residen algunos de sus familiares. 

casos. Álvaro Palacios, de 28 años es el hijo de Antonia Zamora,  madre a la que hace dos años se le encendieron todas las alarmas al escuchar la noticia de que en Londres habían decidido retirar el Depakine y comprobar que era justo el medicamento que ella llevaba años tomando. Tras hacer algunas averiguaciones en la Asociación de Afectados de Epilepsia de Albacete (Afepi) a la que pertenece y después contactar con la asociación francesa y conocer que hay una filial española, que preside Carmen Rosa Galán, empieza a comprobar que no está alucinando y que el sentimiento de culpabilidad que siempre ha tenido en relación a que su enfermedad, la epilepsia, fue la causa de que su hijo Álvaro naciera con malformaciones (le falta el antebrazo y la mano derecha y tiene una deformidad en el izquierdo), parece empezar a cobrar sentido. «Desde entonces mi cabeza no ha descansado».

En la provincia de Albacete las mujeres diagnosticadas de epilepsia en edad fértil y que son tratadas en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, concretamente en la Unidad de Epilepsia que dirige el neurólogo David Sopelana, pueden estar tranquilas, porque desde hace ya muchos años no se les prescribe el Depakine, salvo casos excepcionales. Así lo confirmó el doctor Sopelana, que reconoció que si bien el ácido valproico tiene indicaciones psiquiátricas, sin embargo, «es el fármaco de referencia frente a algunos tipos de epilepsia, por su eficacia y porque se tolera bien, y globalmente ha hecho mucho bien».

El doctor Sopelana reconoció sin embargo que «en los casos en que no ha quedado más remedio que poner la medicación con Depakine siempre se ha advertido a las mujeres afectadas de los riesgos para el feto ante un embarazo». Y advirtió del debate que existe con la comunidad pediátrica que tratan en la niñez con el fármaco a niñas con epilepsia que a los 14 años derivan a las consultas de Neurología, que deben suspender ese tratamiento y sustituirlo por otro.

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