El Albacete Balompié volvió a mostrar que todavía necesita tiempo para acoplar una plantilla prácticamente nueva. El equipo de Rubén de la Barrera mostró un gran tono físico, fue dominador del balón, pero también se le vio falta de recursos en ataque y demasiado encorsetado. Hay buenos mimbres que necesitan una mayor complicidad entre ellos, todo lo contrario que un UCAM Murcia con un bloque muy similar al del año pasado, pero apostó por dejar el balón al Alba y trabajar sus opciones en el robo del balón. La primera parte estuvo marcada por el fuerte viente, acompañado de una nube de polvo y agua que hizo incluso dudar que el partido pudiera seguir desarrollándose con normalidad.
El Alba dominó claramente el balón, pero sin apenas profundidad. Los jugadores de Rubén de la Barrera se muestran demasiado timoratos a la hora de atreverse a saltarse el guión, de ahí que fueran demasiado previsibles y apenas creasen peligro sobre el área . Un centro peligroso de Fran Álvarez que rechazó el portero sin que Jordi Sánchez, bien defendido, tuviera opciones de remate y un disparo de Yaimil desde la fronta que paró el partido fueron los únicos detalles destacados a nivel ofensivo del Alba. El UCAM atacó poco, pero aprovechó sus opciones. El almanseño Santi Jara puso a prueba al serbio Rosic en una falta, con despeje del portero. La jugada siguió y el central Charlie Dean aprovechó un centro desde la izquierda para pegarle mordida con Rosci fuera de su portería para hacer el 0-1 en el minuto 44.
En la segunda mitad el Alba dio un paso al frente. Apretó más, buscó más verticalidad y evidenció una mejor forma física que su rival. Así llegó en el 57 el tanto del empate, en un córner tras un buen disparo de Jordi Sánchez que el venezolano atrapó ante la pasividad de la defensa para introducir el balón dentro de la portería.
Tuvo buenos minutos el equipo de Rubén de la Barrera, pero llegaron el carrusel de cambios, primero en el UCAM y después, de una tacada, ocho en el Albacete. El partido tardó mucho en volver a ponerse en marcha y ya no hubo apenas acciones reseñables para uno y otro, que dicho sea de paso pusieron toda la carne en el asador, como lo muestra que para ser un amistoso el colegiado Pérez Guimera mostró bastantes tarjetas amarillas.