Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


El abandono de Azorín

30/04/2024

El próximo lunes pronunciaremos en Aluex una charla sobre la estrecha relación entre el escritor Azorín y nuestra ciudad y provincia. «Albacete, siempre», escribió un día Azorín. Lema que debería figurar sobre el murciélago en el escudo de Albacete. Dos palabras cosidas por una coma que Azorín nos regaló en carta dirigida a don José S. (Salustiano) Serna. A este ilustrísimo escritor y abogado albacetense le debemos, no sólo en gran parte el cariño de Azorín por Albacete, sino también que, en el Parque, nuestra ciudad recuerde permanentemente al escritor nacional que más nos ha querido. En vida aún de Azorín, el tridente del albaceteñismo que fue Serna, Bello Bañón y Matías Gotor, con el impulso del alcalde Botija y de Gómez Picazo, recordado presidente de la Diputación, inauguraron el busto de Azorín un 11 de septiembre de 1965. El sitio elegido fue la fuente grande, frente al templete de música. En la columna se inscribió ese íntimo «Albacete, siempre». Debajo y en números romanos, se cinceló el año de la inauguración. Al acto asistió el maestro del columnismo literario, César González Ruano, y un sobrino de Azorín, médico en Madrigueras. El busto fue obra del escultor Andrés Tendero Iniesta. Ese mismo día, y en su domicilio madrileño de la calle Zorrilla 21, Azorín era entrevistado por el recordado periodista Juan Molina, aquel don Cándido de Radio Albacete, confesando estar abrumado por el cariño de los albacetenses. En la reforma del Parque por el buen alcalde Pérez Castell, el busto se trasladó a una especie de rotonda, en paralelo al Hotel Los Llanos. El monumento hoy no está cuidado; más bien abandonado. El busto está sucio y la leyenda de «Albacete, siempre», casi ya no puede leerse. Desde aquí pedimos al alcalde Serrano que acondicione el parterre, limpie el monumento e inaugure la Rotonda Azorín con una cartelería adecuada acerca del porqué Albacete rinde honor a esta gloria nacional de las letras. Es injusto este olvido con quien más nos quiso. Si Azorín llega a ser futbolista y jugar un Mundial, su busto reluciría y no le faltarían flashes ni flores. Albacetenses, el monumento a Azorín debería ser fuente de vuestro albaceteñismo: «Albacete, siempre». 

ARCHIVADO EN: Albacete, Templete, Madrigueras