Cuando uno visita el Museo Arqueológico Nacional, recientemente rehabilitado, y recorre la sala de la cultura ibérica, descubre que hay un gran número de piezas que proceden de Albacete.
Y muchas de ellas, incluyendo la gran Dama Oferente, una de las tres grandes figuras escultóricas de este cultura antigua -las otras dos son la Dama de Elche y la Dama de Baza- proceden de Montealegre del Castillo, de un pequeño promontorio conocido como el Cerro de los Santos.
Durante mucho tiempo, se creyó que este yacimiento estaba prácticamente agotado, porque ha sido una de las zonas más intensamente excavadas de toda España. De hecho, los primeros trabajos arqueológicos se remontan al último tercio del siglo XIX.
Pero parece ser que a este yacimiento arqueológico aún le quedan muchas campañas por delante. Al menos, eso es lo que asegura el concejal de Cultura montealegrino, Francisco Millán, tras conocer los resultados de la primera campaña de excavación que se ha hecho en muchos años en este lugar, y que se dio por concluida esta misma semana.
«Desde el siglo XIX hasta hoy, las técnicas de la arqueología han cambiado muchísimo -señaló- y esa evolución ha permitido hacer nuevos descubrimientos en un lugar en el que ya se habían hecho más de 100 excavaciones».
La última campaña de excavaciones, que se ha desarrollado a lo largo del último año, han sido dirigidas por el catedrático de la Universidad de Murcia Sebastián Ramallo, con la colaboración del Director del Museo de Caravaca Francisco Brotons y el apoyo del Ayuntamiento de Montealegre.
el templo. El concejal explicaba que el primer paso fue localizar el templo, el núcleo del santuario consagrado en el siglo IV antes de Cristo a una diosa femenina, similar a la Démeter grecorromana.
«Las anteriores excavaciones dejaron el lugar limpio, o eso parecía -afirmó- porque los planos originales y lo que había sobre el terreno no coincidían; pero, aún así, se logró delimitar de nuevo el perímetro del templo».
Este edificio ocupaba un recinto rectangular, de 12 metros de largo por siete de ancho. Cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, se ordenó la destrucción de los templos paganos. Y así se hizo en Montealegre.
«Pero, al igual que sucedió en muchas otras partes, lo nuevo no borró lo antiguo -afirmó Millán- en realidad, una cosa se superpuso a la otra».
El concejal explicó que las pruebas obtenidas por los arqueólogos apuntan a la existencia de una cámara en el subsuelo, en la que se guardaron figuras de todos los tamaños, desde pequeños exvotos a esculturas, y que quedó enterrada y olvidada.
Otro yacimiento dentro del yacimiento fueron los escombros que fueron dejando las sucesivas excavaciones, entre los que se han hallado, anillos, fíbulas y pequeñas figuras, humanas y animales.
«Lo cierto es que, hoy por hoy, no nos atreveríamos a precisar el alcance de lo que puede haber -puntualizó- porque hablamos de un recinto sagrado que era, además, un centro de peregrinación junto a la Vía Augusta».
Como en los centros de peregrinación actuales, eso supone áreas de descanso, actividad comercial, cementerios «y una poblado permanente, así que parece que estamos al principio, puede que solo se haya excavado un cinco por ciento de lo que hay».
Ahora, precisamente, comienza la fase de análisis de todo lo descubierto. Para ello, el Ayuntamiento también pone su gran o de arena, mediante la contratación de un arqueólogo, un técnico en sistemas de información geográfica y un dibujante, «y trabajo no les va a faltar», concluyó el edil.