'Pedrés': 60 años después

Sánchez Robles
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El día 11 de septiembre de 1953 se presentó como matador de toros en la Feria de Albacete y triunfó en las dos corridas de las cuatro del abono • Hoy será homenajeado por iniciativa de la empresa

‘Pedrés’, en primer plano, en un burladero del callejón de la plaza de toros de Albacete. - Foto: J.M.

Se cumplen 60 años de la presentación como matador de toros en el abono taurino albaceteño de uno de los maestros por antonomasia de la historia taurina de Albacete: Pedro Martínez, Pedrés. «Lo recuerdo con un cariño especial, fue un día importante para mi carrera. Cuando he toreado en mi tierra mi nivel de exigencia ha sido muy alto, así como el afecto y el cariño del público, de mis paisanos. Siempre han tenido una receptividad muy grande  hacia mi toreo y mi persona. Es algo de lo que me siento especialmente satisfecho y honrado en mi vida, de ahí mi agradecimiento cordial hacia los albaceteños». Son palabras del gran Pedrés, nada más llegar a Albacete para cumplir con otro compromiso fuerte, en esta ocasión como ganadero con la novillada de esta tarde.
Fácil de palabra, emocionado por la añoranza, mira y remira el ruedo en el que tanta grandeza ha dado al toreo. Y lógicamente, la emoción del recuerdo le lleva a aquella tarde de 1953 cuando hizo por vez primera el paseíllo en la plaza de Albacete como matador tras la alternativa un años antes en el 12 de octubre en Valencia. La empresa Martínez Elizondo contrató para Albacete dos tardes a Pedrés  de los cuatro festejos que se daban entonces, una el día once con Jesús Córdoba y Juan Montero con toros de Alipio Pérez Tabernero; la segunda el día 12 con reses de Martínez Elizondo junto a Antoñete y Juan Montero. Las dos vertientes del toreo de Albacete, los ejes históricos anunciados frente a frente. «Fue muy bonita aquella etapa, así como  torear con Juan Montero tantas tardes desde que comenzamos yendo juntos al matadero por las noches a torear lo que allí hubiera. Siempre lo he considerado como un hermano, lo apreciaba mucho. Era un gran torero», asegura con  emoción sincera de la perspectiva del tiempo.

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