En palabras del Coronel del Ejército de Tierra don José Ramón Cea Velasco, subdelegado de Defensa en Albacete, una de las preocupaciones y empeño de las Fuerzas Armadas es la difusión de la Cultura de Defensa, definida como el saber y entender lo que significan y representan las Fuerzas Armadas. En este contexto se incluye la difusión del patrimonio cultural militar.
Siendo el edificio-sede de la Subdelegación de Defensa uno de los más emblemáticos de la ciudad hemos considerado oportuno realizar una semblanza histórica del mismo, para ello hemos contado con documentación única proporcionada por la propia Subdelegación, que nos ha permitido conocer datos desconocidos de la propiedad del inmueble tras su incautación al terminar la Guerra Civil, en 1939, por parte del Ejército. Así, remontándonos a los orígenes del edificio debemos destacar los siguientes hechos: Con anterioridad a la creación del parque en 1911, el espacio urbano donde se asienta la actual sede de la Subdelegación de Defensa en Albacete era un paraje de huertas.
En el año 1920, se construye el inmueble destinado a sanatorio, de don Arturo Cortés Ortiz según el proyecto del arquitecto Daniel Rubio.
También hay que recordar que en el mes de abril de 1939 la vivienda es ocupada por las Fuerzas Nacionales. El Decreto de 9 de septiembre de 1939 sobre prohibición de requisa, incautación y ocupación de fincas rústicas y edificios y locales urbanos, obliga al Ejército a reconocer la propiedad de su dueño, don Arturo Cortés, y a firmar un contrato de arrendamiento por el tiempo imprescindible hasta encontrar terrenos o locales donde puedan prestarse estos mismos servicios.
El precio del arrendamiento fue de 700 pesetas mensuales, comenzó a regir el 1 de octubre de 1939, instalándose en el inmueble el Gobierno Militar.
En 1965 se materializó la compra-venta, mediante escritura notarial entre los herederos y el Ministerio del Ejército por el precio de 2.250.000 ptas.
En la actualidad, este edificio es sede de la Subdelegación de Defensa en Albacete.
<b>Conservación.</b> Afortunadamente, el hecho de que el edificio se haya mantenido en las mismas manos ha repercutido positivamente en su conservación.
De los cuatro edificios que ocuparon la plaza de Canalejas en los años 1920-1926, tres de ellos permanecen, aunque el que es sede de la antigua CCM tan sólo conserve la fachada. Es de lamentar la demolición del conocido como ‘casa de don Canciano’, verdadero monumento urbano a criterio de la arquitecta Elia Gutiérrez, del que conocemos su belleza gracias a las innumerables fotografías antiguas que lo recuerdan (El despertar de una ciudad: Albacete 1898-1936).
Nos retrotraeremos hasta principios del siglo XX para situarnos en aquel Albacete que había comenzado una transformación espectacular desde mediados de la centuria anterior.
La calle que desde el Altozano desembocaba en el parque, en su segundo tramo y más moderno, recibió el nombre de Tesifonte Gallego, el 1 de marzo del año 1911, y lo hizo como homenaje al citado político que, aunque no era albaceteño, contribuyó al progreso de esta ciudad.
Esta amplísima calle que se había abierto recientemente desde la calle Mayor por el antiguo paseo de la Confianza o callejón de los Toros y camino a Liétor fue, junto con su primer tramo y más antiguo, el del Marqués de Molins, la más demandada para la construcción de un nuevo tipo de magníficas casas y palacetes al gusto burgués acorde con la nueva clase social asentada en la capital, las escasas edificaciones que afortunadamente aún permanecen nos dan cuenta de ello.
La confluencia de las calles Condes de Villaleal (hoy Octavio Cuartero) y Tesifonte Gallego se resolvió en 1912 por medio de una rotonda, previa aprobación del proyecto e indemnización a los dueños de los terrenos, corría el año de 1914.
<b>Canalejas.</b> Desde esta plaza, que sería bautizada con el nombre de ‘Canalejas’, continuaba el Paseo de la Confianza (hoy Avenida de España) – que se mejoró con arbolado entre los años 1901 y 1902- prolongándose frente al parque de Canalejas hasta la era empedrada, hoy plaza de Benjamín Palencia, donde estuvo el fuerte de Santa Bárbara ya demolido en esta época.
Por su propia situación, el Paseo estaba resguardado de los vientos fríos del Norte, lo que le confería una especial preferencia por parte de los albacetenses.
El nombre de la ‘Confianza’, según J. Sánchez Torres, se debía a que en este Paseo -menos encopetado que el de la Cuba- las señoras acudían con cierto abandono, es decir, con cierta «confianza» en el vestir, aunque siempre elegantes (Apuntes para la Historia de Albacete).
La situación periférica del parque, en un entorno boscoso, más rural que urbano, propició la construcción de una ciudad jardín en su entorno, como ya existía en otras ciudades, con viviendas unifamiliares exentas, así fue como concibió esta nueva zona de expansión urbana el artífice de la misma, el arquitecto Daniel Rubio (Elia Gutiérrez: Daniel Rubio y su época).
Será en esta plaza de Canalejas, donde termina la calle Ancha y comienza el parque en la que se construya en 1920 el chalet de don Arturo Cortés, edificio que fue destinado a sanatorio y vivienda familiar, circunstancia última que se desprende del inventario de bienes que se elabora en 1939 por el Tribunal de Responsabilidades Políticas para depurar a quien fue líder de Izquierda Republicana y primer Gobernador de la República, exiliado, a la sazón, en Méjico, tras la Guerra Civil.
<b>Posesiones.</b> Entre sus posesiones también figura una clínica que se denominó ‘Villa Carmen’ en la calle de Abelardo Sánchez (hoy calle del Rosario).
La clínica de Nuestra Señora del Rosario actual fue construida en el año 1931 a instancias de don Arturo Cortés (E. Gutiérrez en El despertar de una ciudad: 1898-1936).
Permanece de aquel chalet de 1920 su estructura, la distribución interior, escalera con adornos y forja de la época, ventanas y puertas. Si bien otros elementos han desaparecido como el chapitel en mosaico vidriado de color del torreón circular, que, según se aprecia en las fotografías, era más estilizado que el actual.
El patio del inmueble, que da a la Avenida de España, conserva en su verja las iniciales troqueladas en el hierro de ‘AC’, que hacen alusión al nombre y apellido de su dueño.
Como curiosidad destacar que el solar fue adquirido por don Arturo Cortés en 1919, el vendedor de la parcela fue su vecino, don Daniel Rubio, en la escritura de compra-venta existe un compromiso expreso a que el primero debe dejar un jardín de seis metros de fachada al parque por diez de fondo, que quedará lindero con el del vendedor, y se comprometen a que ni ellos ni sus sucesores eliminarán los patios de ambas propiedades, que, lógicamente, sumaban luz y ventilación, contrarrestando con esta argucia sus pequeñas dimensiones, impidiendo la asfixia que produce hoy en día la pared medianera del moderno y altísimo edificio levantado donde antes estuvo la casa de Daniel Rubio.
Elvira Valero de la Rosa es directora del Archivo Histórico Provincial de Albacete.