Josefa García empezó 2014 de mala manera. El día de Reyes se levantó a primera hora para ir al baño y tropezó, con tan mala suerte que cayó sobre la escobilla y se clavó el mango en el ojo. La mujer, vecina de Villacañas, fue trasladada al Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan y operada de urgencia para tratar de restañar el globo ocular, deformado tras el traumatismo. Había perdido el iris y el cristalino, y con ello la visión del ojo derecho. Un mes después pasó por el quirófano de nuevo para que le retiraran la sangre que se le había acumulado, y la tercera vez que se tumbó en la camilla, en el mes de agosto, se convirtió en la segunda paciente en todo el mundo en recibir un trasplante de saco cristaliniano, la primera en España. Un éxito más que atribuir al Servicio de Oftalmología del hospital alcazareño.
Sólo había un precedente de este tipo cuando Josefa entró en el quirófano a las ocho de la mañana:un trasplante, también realizado con éxito, en Ucrania. La diferencia es que el trasplante alcazareño no se realizó ‘en caliente’, sino que el saco cristaliniano que recibió la paciente se había estado tratando durante quince días con una solución antimitótica para su conservación. Tras la operación, Josefa recuperó un 50 por ciento de visión en el ojo derecho, sobre todo de cerca. Ayer, esta mujer de 79 años estaba junto a Fernando González del Valle, responsable del Servicio de Oftalmología del Mancha Centro y dijo «quererle mucho». «Pensaba que me iban a tener que coser y perdería un ojo, y me veo al espejo con los dos».
El traumatismo contuso que sufrió Josefa provocó la apertura de una herida quirúrgica por la que perdió el iris, el diafragma que controla la entrada de luz, y el cristalino, la ‘lente’ que enfoca la imagen en la retina. Eso convirtió a la paciente en fotofóbica e hizo que perdiera la visión. «Desde el principio barajamos la posibilidad de este trasplante para Josefa, aunque no teníamos conocimiento de que se hubiera hecho nunca», explicó González del Valle, «pero necesitábamos la donación adecuada». Llegó en agosto en forma de donación multiorgánica.
Gracias a ese generoso donante se inició el proceso pionero en España y casi en el mundo, desarrollado en Alcázar de San Juan. «En traumatismos tan importantes nos conformábamos con eliminar la fotofobia, que muchas veces es lo más invalidante», afirmó Javier Celis, codirector del Banco de Ojos del hospital alcazareño. «Poníamos un diafragma artificial para hacer la función del iris, pero al no estar diferenciadas las dos áreas oculares se producía una inflamación crónica», explicó. Yel Servicio de Oftalmología pensó en ir un paso más allá.
Para ello aprovecharon un tejido que hasta ahora quedaba en el cuerpo de los donantes, el saco cristaliniano. «Con esta cirugía ponemos una barrera entre las dos cámaras oculares y nos permite, además, integrar el diafragma y una lente intraocular para que el paciente recupere visión», aseguró Celis. Si las córneas dañadas se sustituyen por córneas, ¿por qué no sustituir un saco cristaliniano por otro?Dicho y hecho.
«El mérito es de mucha gente, de todos los profesionales de Oftalmología y de otras áreas que han estado implicados», subrayó González del Valle. «Hemos conseguido un trasplante que era impensable hasta hace poco, hemos alcanzado otro hito quirúrgico», enfatizó. El director médico del centro, Juan Sánchez, reconoció que es «un orgullo contar con un servicio así que marca un hito tras otro, un éxito tras otro». Josefa, mientras tanto, asiente cuando le preguntan si tantas horas en el quirófano merecieron la pena. «Ahora veo por los dos ojos», aseguró; «estaba en muy buenas manos».