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La presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, destacó ayer que el Pacto del Tajo «garantiza la prioridad de la cuenca cedente sobre la cuenca cesionaria, y garantiza los derechos de nuestros agricultores, industrias y consumidores, el futuro de nuestra región, que tantas veces ha sido castigada en materia de agua». La líder regional advirtió que el acuerdo histórico ya se había alcanzado hace unos días, y va a permitir «tener por fin un plan sobre la Demarcación del Tajo, una regulación del trasvase Tajo-Segura que dé seguridad jurídica a todas las partes implicadas, que garantice que Castilla-La Mancha va a tener agua en cantidad y en calidad suficiente para hoy y para todos sus desarrollos posteriores».

Cospedal valoró que fue «un gran acuerdo para construir» de nada menos que cinco comunidades, que va a permitir que se deje de hacer política con el agua. Desde este momento, advirtió, «lo que se va a hacer es trabajar para que el agua sea de la mejor calidad y que tengamos el agua que necesitamos, que es lo que garantiza el acuerdo». Pero más allá, «el agua va a dejar de ser un tema político y un tema de discusión en campañas electorales, para ser un instrumento de creación de riqueza y de creación de empleo, que es de lo que se trata».