La Ley del Menor sigue dando pasos en lo que a la convivencia escolar se refiere y desde hace unos dos años, en virtud de esta normativa, se prohibió el uso de los teléfonos móviles en las aulas.
Pero la norma es general y su cumplimiento complejo, como reconocen docentes como Francisco Quintanilla, director del IES Universidad Laboral, o Juan Pedro Molina, representante de Enseñanza Medias del sindicato ANPE en la provincia de Albacete.
Explican, como otros responsables de colegios albacetenses, que la norma dice que los alumnos no podrán usar el móvil mientras estén en los centros. Ahora bien, reconocen que es más fácil de «vigilar» que no se use en clase que durante los periodos de recreo. Los alumnos de primero y segundo de Educación Secundaria Obligatoria no pueden salir del centro en esos periodos de descanso, así que tienen incluso prohibido llevar el móvil a clase.
En cursos superiores, cuando pueden salir del ‘patio’, los responsables reconocen que es «más difícil» controlar el uso que se hace de estos dispositivos. Y en centros donde hay estudiantes de Formación Profesional estos pueden usarlo durante el recreo, igual que en Bachillerato, al no ser ya etapas de enseñanza obligatorias.
En este sentido, desde el IES Leonardo da Vinci explicaban que «está prohibido a los menores de 18 años» y que, en el caso de los estudiantes de FP, «la norma es que está prohibido en clase, aunque se pueden utilizar por necesidad pedagógica, según las asignaturas, si así lo requiere el profesor para poder hacer consultas en internet».
Pocos problemas. El IES Bachiller Sabuco incorporó hace pocas semanas, a su carta de normas y servicios del centro, la prohibición de usar el móvil incluso en los recreos, para que quede reflejado por escrito hasta dónde se aplica este aspecto de la Ley del Menor.
La directora de este instituto, Ana Rodríguez, indicaba que «no tenemos muchos problemas con su uso porque tanto los padres como los alumnos están muy concienciados de que no se puede usar, salvo autorización expresa del profesor por algún motivo muy concreto».
Desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA), su presidenta, Carmen Alarcón, reconocía que «es un problema complejo, con mucha variedad de opiniones entre los padres», aunque mostraba también su satisfacción porque «no hay muchos expedientes por este motivo entre los alumnos».
«Es muy complicado evitar que en algún momento puedan usarlo», señaló Alarcón que veía «bien» que sea «una falta grave» que se use en la jornada lectiva.