«La mujer rural sufre muchas más desigualdades que la mujer urbana»

A.M.
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Tiva Bernabéu Cañete, Presidenta provincial de Afammer

Tiva Bernabéu Cañete - Foto: JOSÉ MIGUEL ESPARCIA

Fundada a nivel estatal en 1982 por Carmen Quintanilla, la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer) trabaja por atajar la invisibilidad de este colectivo y apoyar la formación y el emprendimiento de las mujeres que viven en los pueblos. Sólo así, Afammer entiende que pueden ganar en independencia y en libertad. Desde 2012, la educadora Tiva Bernabéu es la presidenta a nivel provincial.

¿Cómo llega a la Asociación de Mujeres del Medio Rural?

Hace 15 años, esta provincia ya tuvo una presidenta, pero falleció y, de alguna manera, la delegación desapareció. Carmen Quintanilla llevaba tiempo buscando una persona con un perfil concreto para volver a retomar la presencia de Afammer en Albacete. Quedó conmigo, me presentó el proyecto y dije que sí.

¿Qué se encontró en Afammer para aceptar el cargo?

Fue un poco de todo. Venía de vivir en Almería durante ocho años. Al llegar a Albacete, por casualidades de la vida, conocí a Carmen Quintanilla en un evento al que fui. Dije que sí porque tengo una naturaleza de vocación de servicio a los demás, soy trabajadora social, me gusta ayudar a los demás con mis conocimientos o con lo que pueda aportar. Además, siempre he tenido un ramalazo feminista, porque es evidente que somos un colectivo en desventaja en todos los sentidos.

Hasta en el lenguaje.

Que la selección española de baloncesto femenino quedara subcampeona del mundo fue para los medios de comunicación las chicas, así como si fueran chonis. No nos damos cuenta de que no son chicas, son jugadoras de baloncesto. Cuando yo jugaba éramos las chicas de... Yo no soy de nadie, soy jugadora de baloncesto. Nunca se dice los chicos de Vicente del Bosque, no, ellos son los jugadores de la Sección Española, mientras las mujeres son las chicas del basquet, unas jugadoras que acaban de ser subcampeonas del mundo y algunas de ellas ganan millones de euros y juegan en equipazos. Ese lenguaje nos va marcando y si no estabamos ahí para abrir los ojos, se nos van colando cosas que nos ningunean, un lenguaje que nos subestima.

Estas desventajas, esta discriminación de género, ¿se agrava en el ámbito rural?

Por supuesto, imagínese cómo vive una mujer en Nerpio, en Letur, en Villaverde de Guadalimar, en Riópar... Nadie se acuerda de ellas, aunque están ahí. ¿Cómo no dar voz a sus derechos, a sus necesidades, a sus carencias, a sus propuestas...? Nadie se acerca a ellas, se acercan a las de los pueblos más grandes, Almansa, Hellín, Villarrobledo, La Roda..., porque son más urbanas, pero hay un mundo rural de mujeres que tiene mucho que aportarnos.

¿A quién representa Afammer?

Representamos a la mujer rural con todas sus carencias, sus necesidades y su silencio. Es un colectivo que me motiva porque siento que puedo hablar por ellas. Nuestra principal característica que nos diferencia a otras entidades es que trabajamos por el empleo. Queremos hacerlas visibles para que tengan más formación y esa formación les permita encontrar trabajo o gestionar su propio negocio. No venimos a competir con nadie, con ninguna otra asociación de mujeres, venimos a ocupar un hueco y a sumar. Tenemos la oportunidad de darle visibilidad a estas mujeres, de poner en valor lo que están haciendo en sus pueblos, de que alguien hable por ellas y de sus derechos.

La asociación tiene también un empeño especial en denunciar los malos tratos en el ámbito rural.

En los pueblos, la violencia de género es mucho más compleja, más difícil. Allí se silencia mucho más, las mujeres maltratadas no tienen los mismos recursos que las de las capitales, el tema cultural marca mucho, la vergüenza...

¿Quiere decir que el mundo rural es caldo de cultivo para la violencia machista?

La violencia de género no tiene diferencias en el mundo rural respecto a las grandes localidades y la capital, pero es cierto que en los pueblos pequeños se silencia más porque se vive con mucha vergüenza, como hace 20 años se vivían en Albacete las separaciones, los divorcios. En las zonas rurales sigue dando pudor, vergüenza y lo sufren de puertas para adentro para que no se enteren las vecinas. En los pueblos todavía existe el que dirán, incluso algunas mujeres se van a denunciar a otros pueblos para que en el suyo no se enteren y los guardias civiles no las reconozcan.

¿No les resulta difícil romper la barrera cultural que tienen muchas zonas rurales, donde hay mujeres que tienen actitudes muy machistas?

Es verdad que con generaciones anteriores es muy difícil. Las mujeres van evolucionando, pero de forma muy lenta. Nuestra misión es trabajar con las madres que tienen hijos en el colegio y en el instituto. Tenemos que ir a la raíz del problema. Con las nuevas generaciones hay mucho trabajo por hacer, una chica de 15 años no puede pensar que si su novio la controla es porque la ama. Amar no es que te controlen. Precisamente el machismo y la desigualdad es lo que genera la violencia de género.

¿Seguimos teniendo una imagen distorsionada de la mujer que vive en un pueblo?

Esto es una misión personal de Tiva Bernabéu: eliminar los tópicos dañinos de la gente que no las conoce y de los medios de comunicación. La mujer rural no es paleta, ni viste mal, ni va con el mandil, ni lleva dos rayas de tinte... La mujer rural no es sinónimo de mujer de campo, no todas trabajan en la agricultura. Además, nuestro colectivo es muy joven y, sin embargo, se piensa lo contrario.

¿Cuánto de joven?

Pues en Afammer tenemos más de 700 mujeres asociadas en la provincia, con una media de edad de 25 años, casadas y algunas con hijos. Todas ellas son mujeres muy activas, usuarias de internet que ven que el mundo está lleno de posibilidades, pero sus pueblos las limitan. Mujeres que compran en internet, que se forman online, que tienen ganas de hacer cosas porque su dinámica familiar se les queda pequeña. También son mujeres muy participativas, porque están en las asociaciones de madres y padres de alumnos, en las amas de casa, en las asociaciones de mujeres...

¿Por eso piden más cargos de responsabilidad de las mujeres?

Reivindicamos que la mujer vaya ocupando cargos de responsabilidad en organismos públicos, en empresas, en cooperativas... La mujer sólo ocupa el 3% de los cargos directivos. Una vez que las mujeres vayan ocupando esos cargos de toma de decisiones, irán aprobando cosas que nos van a beneficiar. Las mujeres tenemos que unirnos y tirar del carro todas juntas, porque históricamente hemos sabido coger las riendas en las épocas más difíciles y hemos tirado para adelante, no se nos caen los anillos y lo sabemos hacer. En el mundo rural hay mujeres que tienen muchas ganas, pero tienen más limitaciones porque educativa, cultural y formativamente no tienen los mismos recursos que las mujeres de la capital. Una mujer que vive en Letur a 150 kilómetros del núcleo urbano tiene pocos recursos, pero muchas ganas. Afammer lo que hace es preocuparse, dentro de sus posibilidades y sus limitaciones, de proporcionarle esos recursos. Ahora estamos dando un curso de informática en Villapalacios y otro en Jorquera de auxiliar de enfermería geriátrica. Damos una formación enfocada a impulsar el empleo femenino.

¿Y no tratan de hacerle la competencia a otras asociaciones provinciales como la que agrupa a las amas de casa?

Nosotras no venimos a quitarle las mujeres a nadie ni a rivalizar, venimos a ocuparnos de un sector de la población que quiere hacer cosas, quiere formarse y quiere trabajar o crear su empresa. En este mundo todas cabemos. Apaccu cabe, Fademur cabe, Amfar cabe..., vamos a trabajar y a sumar. Yo sólo me creo a quien predica con el ejemplo, ahora hay que ver si los hechos son constatables, que funcionamos y que hacemos lo que decimos. Y hablo con tanta pasión de Afammer porque creo en este proyecto.

¿Qué tipo de cursos formativos han terminado ya?

Hicimos uno de tapicería en Letur porque el tapicero que había falleció y no tenían a nadie que hiciera estos trabajos. Uno de los objetivos de Afammer es recuperar oficios antiguos y aprovecharlos para crear nuevos yacimientos de empleo. Lo ideal es seguir la formación con un curso de creación de cooperativas y cerrar el círculo con otro curso de venta online.

¿Por qué ese empeño en apostar por el empleo femenino?

Porque un empleo proporciona independencia económica, autonomía y estabilidad. De hecho, muchos casos de violencia de género no se denuncian porque las mujeres no tienen independencia económica para separarse de sus agresores.

¿Cuál es la representatividad de Afammer en esta provincia?

En estos momentos tenemos asociaciones locales en nueve pueblos y en la capital. No hemos seguido avanzando porque no tenemos tiempo, todas las que formamos la junta directiva estamos trabajando. Nos dedicamos a Afammer de forma completamente altruista.

¿Y qué sentido tiene una asociación de mujeres rurales en Albacete capital?

En la capital tiene sentido por las mujeres de las pedanías, tenemos mucho que hacer por ellas.

¿Por qué un día internacional de la mujer rural?¿Por qué no se conforman con el Día de la Mujer del 8 de marzo?

Por una cuestión de discriminación positiva. Se supone que estos días se celebran porque hay colectivos más desfavorecidos que necesitan un reclamo para alcanzar el equilibrio y la igualdad. En este caso sería alcanzar la igualdad entre la mujer rural y la urbana, porque la mujer del mundo rural sufre muchas más desigualdades que la mujer urbana, sobre todo, porque no tiene acceso a los mismos recursos. Este es un día para darles más visibilidad, para lanzar el mensaje de que estas mujeres tienen mucho que aportar, mucho que decir, sólo hay que preguntarles, darles voz.

Dicen que Afammer está muy próxima al Partido Popular. ¿Porqué se les vincula?

Imagino que porque nuestra presidenta nacional es diputada nacional del Partido Popular. La política te puede ayudar o te puede molestar, pero Carmen Quintanilla fundó Afammer en el año 1982 y su experiencia le avala. Yo no estoy vinculada a ningún partido ni tengo filiación política alguna. Yo soy Tiva Bernabéu, mi presidenta está en el Congreso y se puede comprobar que muchas de las propuestas que hace es reivindicar cosas para las mujeres. Quizá si no fuera diputada por ese partido no hubiéramos conseguido ciertas cosas. Mi presidenta nacional puede ser política, pero independientemente de que sea del PP, muchas de las cosas que hace como política lo hace por el bien de la mujer en general.