Ricardo Fernández: «Hay momentos en los que saboreas la vida con una gran intensidad»

A.D.
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El escritor albacetense presentó en Librería Popular su último poemario, Zarzal

El autor comentó a La Tribuna de Albacete las características de esta obra.

¿Qué número hace este poemario en su obra?

Es el quinto poemario.

¿Hay vínculos en su poética?

 Ahora mismo hay una continuidad. El primero, Tras la huella del tiempo, me lo publicó la Diputación Provincial de Albacete en el 96 y fue lo que a mí me animó a publicar, porque yo escribía poesía desde niño y siempre me atrajo la poesía de un modo especial. Tenía previo a esta publicación dos libros anteriores que están inéditos y así seguirán. Mi siguiente libro, Transparencias, fue un tanto distinto, con la misma temática, pero una poesía más sencilla; luego, el tercero, La voz en la memoria, está dedicado al tema de la muerte, coincidió que fallecimiento de mi madre y recogía allí los poemas de la fase de duelo.

¿Zarzal tiene más que ver con Rituales de identidad?

 Creo que sí, que Zarzal es más parecido al último, Rituales de identidad.

¿Por qué precisamente publicarlo ahora?

Porque he visto que ha habido un crecimiento respecto a Rituales de identidad. He profundizado en los mismos temas que ya había perfilado en el anterior.

¿Cuántos poemas?

Hay 71 poemas y como en Rituales de identidad, trato temas que tienen que ver con la función de escritor, poemas que hablan del oficio de escribir, y en Zarzal, al principio, hay unos poemas, en El silencio de los signos, que hablan de este oficio de escribir. El primero, un prefacio, es como una autobiografía; luego vendría la metapoesía, otros que nos hablan de amor y desamor; aunque posteriormente pasamos a otro apartado, que es más amplio, Hambre de sol, que es la búsqueda en tu interior, de la luz. Esa sería, más o menos la temática.

¿Zarzal por un poema?

Sí, hay un poema que se llama Zarzal, en el que hablo de que en la vida encontramos zarzas, espinas. En realidad, lo que digo es que la vida es una zarzal, porque nos encontramos con obstáculos, espinas, con zarzales, pero hay momentos que, casi sin buscarlos, son de luz, en los que saboreas la vida con una gran intensidad, que hacen que merezca la pena ser vivida, a pesar de esos zarzales. Así, el zarzal tiene esas dos cosas, espinas y fruto y para llegar al fruto hay que pasar primero por la experiencia de las espinas.

¿Una poesía sencilla?

Hombre yo creo que sí. Habrán personas que te digan: yo la poesía no la entiendo. Para mí, la poesía no hay que entenderla, te tiene que gustar y si tú lees un poema que te atrae, te quedarás con ganas de volverlo a leer y conforme lo vas leyendo, te va diciendo cosas. Un poema es como un iceberg, a la vista solamente hay una pequeña parte, y en profundidad, dice mucho más y un poema, en un momento determinado, te puede decir más cosas, cosas diferentes incluso. Lo importante en la poesía, esa es mi opinión, es que transmita valores, sentimientos, emociones.

¿Cuánto tiempo le ha llevado la redacción de Zarzal?

Creo que han sido dos años, porque entre la escritura, corrección, me ha llevado eso aproximadamente, lo que pasa es que también he aprovechado algunos poemas anteriores, que los he trabajado de nuevo, porque mi poesía es muy trabajada, me gusta mucho pulirla, de tal manera que sea algo interesante y que supere lo anterior.

¿En qué sentido?

Bueno, para publicar lo mismo, no lo hago y me gusta que repose la obra.

¿Ha sido complicado la selección de poemas?

No, he recortado algunos, pero no muchos, porque incluso he rescatado algunos anteriores, lo que sucede es que la sensación, al final, es que me había pasado de poemas, lo que pasa es que muchos son breves y el libro estaba preparado para un certamen.

¿Qué prepara?

Tengo un nuevo poemario ya perfilado y un par de proyectos, uno es una antología de poemas breves; otro poemas dedicados a la mujer.