Los ancianos que necesitan una residencia en El Ballestero, Lezuza, Molinicos y Vianos tienen que buscarse plaza fuera de su pueblo, pese a que en todas estas localidades hay geriátricos construidos desde hace años, aunque ninguno en funcionamiento y no hay fecha para su puesta en marcha. Estas miniresidencias, que pueden acoger a unos 20 residentes cada una además de ofrecer servicio de centro de día, fueron construidas por la Junta de Comunidades que entre las cuatro invirtió unos 4,5 millones de euros.
En 2010 se terminó de equiparlas y en 2011 convocaron sendos concursos para adjudicar su gestión. Llegó a hacerse una adjudicación provisional, a Mensajeros de la Paz, según han contado los alcaldes a La Tribuna. Eso sucedió vísperas de las elecciones autonómicas y con el cambio de gobierno en la Junta el proceso quedó paralizado. Han pasado tres años y las miniresidencias no sólo siguen cerradas, sino que ahora la Junta ha decidido revertir la propiedad a los ayuntamientos que ahora se encuentran con que son dueños de unos geriátricos que no pueden abrir.
No solo porque les resulta inviable económicamente, sino porque con la Ley de reforma de la administración local deja bien claro que los ayuntamientos no son competentes en servicios sociales. Vamos, todo un callejón sin salida para unas inversiones millonarias.
Ante esta situación, la Junta replica que sí que tienen «la competencia de financiar las plazas establecidas en la Ley de Servicios Sociales o las de dependientes, pero no tienen obligación de hacerse cargo de los inmuebles construidos por los ayuntamientos, de titularidad municipal, aunque la Junta financiara en parte su construcción».
solución. La solución en el caso de El Ballestero y Lezuza podría estar más cerca. Estos dos municipios cuentan con los importantes recursos de la Fundación Manuel Hidalgo, constituida con la herencia de un vecino que legó su riqueza para, entre otras cosas, mantener una residencia de ancianos. Los dos ayuntamientos y la Diputación de Albacete, patronos de esta fundación, están trabajando para poder abrir estas residencias cuanto antes.
«Se podría discutir el criterio con el que la Junta optó hace años por esta fórmula de miniresidencias, pero lo cierto es que una vez que están construidas hay que hacer lo posible por abrirlas», opinó el alcalde de El Ballestero, Daniel Martínez, para quien la solución pasa por llegar a un acuerdo entre las administraciones, incluida la Junta.
Mientrastanto, en Lezuza la alcaldesa, María José Zamora, ha pensado en empezar abriendo el velatorio que hay en la residencia, pues el pueblo carece de este servicio.
Molinicos y Vianos quizás lo tengan algo más complicado. En Molinicos, su alcalde, José Osuna, explica que no ha conseguido que ninguna empresa privada se haga cargo de la residencia de su pueblo, «sin contar con plazas concertadas por la Junta no es viable, las empresas tendrían que cobrar al menos 1.400 euros por plaza al mes y eso es mucho dinero». En Molinicos la residencia se creó sobre la antigua escuela hogar, en el último pleno se aceptó la reversión de la propiedad del edificio y los concejales hablaron de darse un tiempo para buscar un posible uso alternativo.
En Vianos, su alcalde, Juan Ramón Navarro, está ahora en el proceso de negociar con alguna empresa para que se haga cargo de abrir el centro, «le daríamos todas las facilidades, pero si no hay plazas concertadas por la Junta es difícil»