Es habitual ver en balcones y terrazas la instalación casera de bolsas de plástico y cd’s. Un sistema con el que muchos propietarios de viviendas quieren espantar a las palomas que, por normal general, utilizan la ciudad como dormitorio. La calidez de los núcleos urbanos, junto con la presencia de agua en las fuentes públicas y alguna que otra miga de pan, ha hecho que estas aves se hayan urbanizado hasta tal punto de que anidan en cualquier rincón de cualquier casa, edificio, monumento, iglesia... Su reproducción en grandes parvadas convierte a las palomas en plagas difíciles de combatir, a pesar de que sus excrementos inundan tejados, obstruyen canalones, ensucian la ropa tendida y deterioran el patrimonio histórico-artístico debido a su alto grado corrosivo.
La superpoblación de palomas ha llegado al Ayuntamiento de Albacete en forma de carta. Varias han sido las asociaciones de vecinos que, preocupadas por las consecuencias que están teniendo los anidamientos en los edificios, han decidido trasladarle al Consistorio esta problemática para que ponga una solución a la misma.
Una de estas asociaciones ha sido la del Polígono de San Antón, cuyo presidente Andrés Delicado se mostraba bastante indignado con el elevado número de anidamientos y bandadas de palomas que duermen en el barrio, que está provocando que «no podamos ni tender la ropa porque la llenan de porquería». Otro problema añadido lo provocan las muertes de las palomas, cuyos cadáveres se quedan en los tejados y, con las lluvias, son arrastrados hasta los canalones hasta llegar a taponarlos, provocando así humedades y goteras en las viviendas más altas.
Andrés Delicado califica el problema de «muy serio» porque, al caer la tarde, bandadas de aves vienen del campo a dormir a las zonas verdes de la urbe pero se quedan en terrazas y en los poyetes de ventanas y balcones, lo que genera mucha suciedad debido a la palomina, los excrementos de las palomas considerados como corrosivos que también obstruyen las conducciones de los tejados.
Además, el presidente de la asociación del Polígono de San Antón asegura haber recibido muchas quejas de sus vecinos porque entienden que las palomas son transmisoras de enfermedades «y están muy preocupados por su elevada presencia en el barrio».
Fuentes públicas. Una sobrepoblación que, según Delicado, afecta también al barrio de San Antonio Abad y a otros como Industria, Franciscanos y Centro, zonas que coinciden con la presencia de grandes fuentes públicas como la Fuente de las Ranas, las fuentes de la plaza de Benjamín Palencia y de la gasolinera Tamos e, incluso, la fuente de la plaza de la Catedral frente a la Casa Consistorial. La preocupación vecinal por la masiva presencia de palomas en la ciudad también ha recalado en la asociación de vecinos de San Antonio Abad. Su presidente Andrés Marín explica que se decidió elevar un escrito a la Concejalía de Medio Ambiente en noviembre del año pasado ante la queja presentada por un vecino del barrio, «que nos comentó que los excrementos y las plumas de palomas estaban atascando los desagües de los edificios».
Fue cuando Andrés Marín se interesó por conocer si esta problemática se extendía también al barrio del Polígono de San Antón y, al confirmarse, «decidimos extender el escrito a esta zona».
Sin embargo, ante el silencio del Ayuntamiento, optaron por reenviar la misma misiva en el mes de mayo pasado. Esta misma semana, según el presidente de San Antonio Abad, «nos ha contestado, diciéndonos que cuando el problema se localiza en un espacio público, el Ayuntamiento interviene a través de una empresa de desinfección y desinsectación, pero en el caso de las comunidades de vecinos, el problema es privativo».
Según Andrés Marín, las calles más afectadas del barrio de San Antonio Abad son las más cercanas al Parque Lineal, es decir, Azorín, Vicente Aleixandre y Miguel de Unamuno, a juzgar por las quejas y los comentarios que están realizando los vecinos por el barrio.