La culpa -o la excusa- bien se le puede echar al ukelele. Si Ángel Monteagudo, alias Monti, no hubiera tenido la brillante idea de regalarle esta pequeña guitarra hawaiana a Patricia Charcos, quizá nada de lo que está ocurriendo y va a ocurrir hubiera sido posible. Ni siquiera este reportaje. O tal vez sí. El caso es que el ukelele cayó en manos de La ChicaCharcos, una verdadera fábrica de creatividad escénica, que trató de ponerle música a los poemas infantiles que ya tenía escritos. Con la vergüenza que embarga a cualquier creador humilde que no controle ciertas disciplinas artísticas, como el canto y la música, Patricia divulgó entre sus allegados su nuevo atrevimiento y tal fue la acogida que se animó a producirlo.
No lo quiso hacer en solitario. Su vínculo profesional con el músico y técnico de sonido, Antonio Rodríguez, con el que Patricia trabaja habitualmente, y su amistad con el percusionista y batería, Javier Ortega, le abrieron la puerta para crear la que es su primera banda: The Katiuscas Band, con sus dos personajes de cuento: Pokopolaco (Antonio) y ChiquiChiquillo (Javier).
Puestos a arriesgar, La ChicaCharcos y The Katiuscas Band se dejaron llevar por los conocimientos del productor Rafa Caballero, junto al cual realizaron los arreglos de las canciones compuestas por Patricia Charcos, y en cuyo estudio La Casa en el Árbol Soundlab se grabó el single Sube aquí.
Pero el reto no se quedó en esto. Conscientes de que las redes sociales son un excelente termómetro para medir la fuerza del aplauso del espectador, se lanzaron a grabar un videoclip del citado tema (rodado y editado por la productora Otro Ángulo Audiovisual) para subirlo a youtube y, al tiempo, poder presentarlo para la próxima programación de la red regional de teatro.
El éxito de este new agro-hipster (estilo recién inventado por esta peculiar banda) entre los internautas ha sido tan inesperado que sus más de 2.500 reproducciones han incitado a trío y productor a dar un paso más: «Estamos recibiendo tantas felicitaciones que al final hemos decidido producir un concierto de música y teatro que se titulará Un elefante en mi lavadora», explica Patricia Charcos.
En él, Pokopolaco, ChiquiChiquillo y La ChicaCharcos contarán, cantarán y tocarán historias de una granja, en la que el cerdo Bartolo declarará su amor a la gallina Alfonsina, más preocupada por su carrera como cantante de ópera. En la dramaturgia, hilada por diez o doce canciones de Patricia Charcos, también se hará hueco a Tarantino, el perro del vecino que es adivino, asistirán al entierro de una mosca difunta por una intoxicación de ajo, aparecerá un pollo en pepitoria y un elefante en una lavadora. De momento, La ChicaCharcos and The Katiuscas Band esperarán a que pase la Semana Santa para empezar a trabajar en la producción de este concierto de música pensado especialmente para un público muy familiar.
UN LIBRO CON DISCO. De forma simultánea y ya metidos en harina, intentarán que la editorial A buen paso pueda editar un libro-disco con todos los temas del espectáculo. Si no cuaja, «lo intentaremos con el crowdfunding, hay mucha gente que se ha ofrecido», asegura Javier Ortega. Aunque no se atreven a avanzar fecha de estreno, calculan que espectáculo y edición de libro-disco pueden anunciarse para después de Feria, momento en el que los espectadores podrán comprobar in situ esa «simbiosis» que Patricia Charcos ha buscado en Antonio y Javier -ambos de Los Esbirros-, dos músicos inexpertos en montajes infantiles-familiares que aceptaron la propuesta de Charcos porque «confiamos mucho en ella, sabemos que todo lo que hace funciona y estamos seguros de que Un elefante en mi lavadora va a triunfar».
Patricia Charcos, una de las mejores clown con las que cuenta esta ciudad, entiende que para hacer un espectáculo infantil «no hay que hacerlo pensando que es para niños; tienes que conectar con tu lado infantil, con el lado del juego, la diversión, la creatividad..., y hacerlo desde la verdad y el respeto, tanto hacia a ti como hacia el público». Por eso en Un elefante en mi lavadora, Charcos y CIA han intentado que canciones y dramaturgia interese tanto a niños como a adultos. De momento, el invento se puede bailar y disfrutar en youtube. Para lo demás habrá que esperar.