Siete hijos. 13 embarazos. Descubrió la maternidad a los 24 años y comprobó que «es lo mejor que he hecho en mi vida» porque «aunque las madres presumamos de que damos vida, no es verdad, el bien supremo nos lo dan los hijos porque nos hacen ser mejores personas». Entiende que una familia numerosa es una familia «exigente» y, como tal, «es difícil sacar adelante» y aunque es cierto que las familias numerosas con cinco hijos o más han descendido mucho en este país, «no es tan raro seguir viendo familias numerosas de tres hijos cuando la pareja es un poco estable».
Y es que para Paloma de Castro, presidenta de la Asociación de Familias Numerosas y madre de cinco niñas y dos niños, el descenso de la maternidad obedece a la poca estabilidad que tienen ahora las parejas, los matrimonios. De hecho, pone sobre la mesa un dato que le parece lamentable:España está a la cabeza de rupturas matrimoniales, el 60% se rompe lo que es una «lacra terrible» para la sociedad, que se ve reflejada en el número de hijos.
Por eso considera que la «situación ideal» para que un niño venga al mundo es que «su padre y su madre se quieran porque, cuando eso ocurre, todo sale adelante, las dificultades se superan». Para De Castro, la familia es tan importante que ahora, con la crisis, está haciendo una «labor de seguridad social» pues los que criaron a sus hijos ahora «están educando a sus nietos, gracias a que en España todavía quedan familias».
No cree que la natalidad haya descendido porque la mujer española haya escogido otra alternativa, su carrera profesional, su independencia, su economía o, simplemente, no quiere ser madre. Menciona a las mujeres nórdicas que, con más años de trabajo y de independencia económica, siguen teniendo familias numerosas porque, frente a todo, «la mujer opta por su maternidad y la saca adelante». Sin embargo, las nórdicas no son más listas ni más capaces que la españolas, la única diferencia es que las posibles madres de entre 20 y 35 años «han sufrido ese ataque brutal del feminismo radical, que entiende la maternidad como una lacra, una losa que la mujer soporta y de la que se tiene que liberar cuanto antes; y el aborto es uno de sus frutos, donde el hijo no se entiende como un bien, sino como un peso insoportable que no genera nada más que explotación y esclavitud para la mujer», un mensaje que, según Paloma de Castro, «ha ido calando en las españolas hasta tal punto que cuando una mujeres se queda embarazada no sabemos si darle la enhorabuena o el pésame».
A su juicio, este mensaje del feminismo radical también ha originado que ahora la mujer decida ser madre a partir de los 35 años, una edad «anciana» para tener hijos, tanto que en el hospital «las pasan a alto riesgo porque, les guste o no, ya son mayores para tener hijos». Como madre, De Castro dice que se ha dedicado a cosas que le han quitado tiempo y no le han reportado dinero, como las asociaciones de Familias Numerosas y Derecho a ser madre, dos colectivos a los que se acercó por sus hijos, porque «ellos son los que me han hecho ver y entender qué es lo importante en la vida». Reconoce que cada vez que ha entrado un hijo en su casa algo ha salido y a algo más ha renunciado, pero «soy rica, soy millonaria en amor, en personas;mi casa es una casa rica en gente y eso no se puede comprar ni pagar».
Sus prioridades. Relata que se apaña bien cada día porque toda persona tiene sus prioridades. Los hay que prefieren ir al gimnasio, montar en bici, las relaciones sociales, los viajes, los amigos..., «cada uno elige, y dedicar tu vida a otras personas que luego llenan tu vida es otra opción; creo que la familia es una buena inversión, nadie se arrepiente de haber dedicado su esfuerzo a otras personas, siempre salimos ganando; la familia numerosa es una familia exigente, pero como todo lo bueno».
Opina que aquellas mujeres que se someten a tratamientos de fertilidad demuestra que la maternidad «está inscrita en nuestra naturaleza, por más que se empeñe el feminismo radical en afirmar lo contrario». De hecho, «todos los meses tenemos un ciclo menstrual que nos recuerda la posibilidad que tenemos de ser madres». No obstante, Paloma de Castro son de las que considera que un niño siempre necesita el referente masculino, porque si no «crece con una carencia; y tener padre es un bien».
También defiende la familia numerosa como un testigo real de que «es posible ser feliz teniendo menos y amando más», es posible tener «una vida plena entregando tu vida en favor de otros», una decisión que no esclaviza sino que «te hace libre y muy feliz».
Finalmente, Paloma de Castro advierte que si no se soluciona el problema de la natalidad en este país, «pagaremos el precio de los egoísmos que han promovido determinados sectores que no han querido complicarse la vida por otros».