El tercer y último encierro de Socovos fue atípico y hubo una segunda cogida

REDACCIÓN
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Público y corredores disfrutaron con la mañana de bureles. - Foto: RUBÉN SERRALLÉ

El tercer y último encierro que se corrió en Socovos por sus fiestas patronales, en palabras de su alcalde, Antonio Rubio, resultó atípico desde el inicio y hasta el final en los 600 metros que tiene de recorrido. Hubo que cambiar uno de los astados que iban a soltarse y esto dio lugar a que igualmente se tuviese que hacer más que un cambio en su desencajonada.

Así, en lugar de los dos astados habituales, sólo hubo uno en la primera parte del encierro, la que circula fuera de Socovos, por lo que, añade Rubio, ya metido el encierro en el casco urbano tuvo que hacerse una segunda desencajonada, algo también diferente, pues lo normal es una, y fue aquí precisamente en donde se vivió algún que otro momento de tensión. El toro se quedó parado y se revolvió contra los corredores y el público allí congregado hasta que llegaron los mansos y se inició la subida hasta su fin.

Y, además, al igual que pasó en el segundo encierro, el del sábado, hubo una cogida, aunque ésta, dice Rubio, ha resultado menos grave que la que sufrió el joven que continúa ingresado en el hospital  de Hellín por herida de asta en una pierna.

12 PUNTOS. En el de ayer el herido es una persona mayor que cuando se iba a subir a una valla resultó pillado igualmente en una pierna. Le han tenido que dar 12 puntos de sutura en el centro de salud del municipio. Además, otro corredor tuvo que ser atendido por magulladuras al caerse.