El Ministerio del Interior planea instalar sistemas de videovigilancia en los calabozos de instalaciones de la Comisaría Provincial del Cuerpo Nacional de Policía, para mejorar así la seguridad de las personas bajo custodia. La medida, aún por detallar, figura en las instrucciones del protocolo de actuación en las áreas de custodia de detenidos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuyas instrucciones ha firmado la Secretaría de Estado de dicho Ministerio, y supone incorporar una serie de directrices, así como nuevos parámetros para «garantizar un tratamiento adecuado a las personas privadas de libertad en dependencias policiales y de la Guardia Civil, así como dotar de mayor seguridad jurídica a los funcionarios que realizan estas labores en dichas dependencias la adecuación de estos espacios».
Así figura en la información oficial aportada por el Ministerio de Interior, que recientemente daba a conocer los detalles de este nuevo protocolo en un comunicado de prensa. En concreto, de las cámaras de seguridad se indica que «los centros de detención dispondrán de sistemas de videovigilancia con grabación continua, todo ello con plena garantía del derecho a la intimidad. Las personas privadas de libertad en dependencias policiales serán informadas desde el primer momento de la existencia de estas cámaras».
En el caso de Albacete, las dependencias de Guardia Civil ya cuentan con videovigilancia en el interior de las celdas desde hace más de un año, pero no ocurre así en las instalaciones de Policía Nacional, donde la videovigilancia graba determinados espacios, si bien no el interior de los calabozos, como indica el nuevo protocolo ministerial.
MOVIMIENTO DE PERSONAS. En las instalaciones de Policía Nacional y Guardia Civil repartidas por Albacete entran cada mes en torno a 250 personas, según cifras aproximadas aportadas desde el Mecanismo de Prevención de la Tortura, una entidad adscrita al Defensor del Pueblo, que continuamente realiza visitas de inspección a estas dependencias de privación de libertad. Fuentes policiales indicaron que a excepción de las cámaras, las instalaciones actuales cumplen perfectamente con los requisitos: «Tanto en Hellín como en Albacete tenemos unas instalaciones muy nuevas, y todo se construyó normalizado; el protocolo especifica cómo tienen que ser a futuro los calabozos que se hagan, y lo que ya existe se irá mejorando poco a poco». En las dependencias de la capital existen 10 calabozos, más dos dedicados a detenidos menores de edad. En los de adultos, existen los considerados colectivos y los individuales, y no es habitual que se encuentren completos en ningún momento. Las mismas fuentes policiales indicaron que las dependencias son revisadas periódicamente por organismos independientes y ajenos al Ministerio del Interior, sin que se encuentren defectos reseñables o de consideración.
En el caso de la Comandancia, no todos los puestos de la provincia cuentan con dependencias específicas para detenidos, pero sí existen en La Roda y Villarrobledo, además de en la capital, donde existen cuatro calabozos individuales. Fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles indicaron que las instalaciones cumplen su función de manera óptima: «Los calabozos están adecuados, se cumple con la normativa, y también hace poco hemos tenido revisiones de parte del Defensor del Pueblo».
EN CONDICIONES. Desde AUGC se indicó que las instalaciones han ganado con las últimas remodelaciones, «aunque hay cosas de la normativa que no se cumplen por el edificio, por la antigüedad que tiene». En general, desde AUGC se da una buena nota a este aspecto, y daban la bienvenida a este protocolo aunque esperan que tenga contenido: «Los protocolos muchas veces no abordan reformas de calado, son más gestos, y luego el Ministerio va haciendo poco a poco algo, porque se necesita inversión». Entre otras directrices, las instrucciones del protocolo indican que en cada instalación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se debe «garantizar la adecuada habitabilidad de los espacios, de acuerdo su capacidad de ocupación y correcta ventilación e iluminación», así como en nuevas actuaciones emplear «materiales seguros y de alta durabilidad, evitando riesgos de accidentes, autolesiones o agresiones y acciones vandálicas». Asimismo, aunque sin plazos, se apunta a que cada instalación tenga un Plan de Evacuación y Emergencia.