Los resineros vuelven al monte

Maite Martínez Blanco
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En Villaverde de Guadalimar han vuelto a extraer resina de los pinos negrales € Apuestan por recuperar este oficio abandonado hace 25 años y que con la crisis resurge de nuevo

En Cuenca ya hay 140 personas que trabajan en la resina, que ahora se obtiene con la técnica de pica de corteza. - Foto: Adiman

M iguel ha vuelto a resinar los pinos de Villaverde de Guadalimar. Su padre y su abuelo se ganaron la vida picando los montes de la zona, pero hace un par de décadas los serranos dejaron de remasar la resina, ese oro líquido que resudan los pinos, un trabajo «duro y esclavo» donde se ganaba menos dinero que en la construcción o de camionero.

Igual que en Villaverde, también en Riópar, Molinicos, Bogarra, Ayna o Peñascosa llegó un momento en que dejó de ser rentable la extracción de resinas del pinus pinaster, el conocido como pino negral, poco apreciado por sus maderas pero muy rico en esta sustancia. Ahora, las altas tasas de paro y la subida de precio de la resina natural, ha hecho renacer este oficio.

Miguel Pérez vive en Bienservida y junto a otros vecinos de la zona, ha vuelto a picar los pinos. Su padre le está enseñando el oficio, el desroñe lo primero (retirar la corteza), luego colocar la chapa y el mortero y dar una pomada de ácido sulfúrico para acelerar el exudado de la resina, tarea que hay que repetir una vez a la semana. Gota a gota el vaso está lleno en un mes. Y así un pino tras otro. «Hemos empezado con 2.000 pinos, pero son pocos o nos dejan resinar más o no sale a cuenta», explica este joven que se queja del estado en que han encontrado el bosque tras décadas sin resinar. «Está muy sucio, los pinos buenos que están junto a los caminos ya estaban resinados y para adentrarse no hay ni sendas».

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