Un manto único en España

A. Díaz
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La cofradía, que se fundó por iniciativa de los agentes comerciales en 1945 y desfiló por primera vez por las calles de Albacete un año después, es una de las más queridas y numerosos, con miembros de distintos colectivos

La Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena, Santísimo Cristo de la Esperanza y Traición de Judas data de 1944, cuando el Colegio Oficial de Agentes Comerciales de Madrid nombra a Nuestra Señora Patrona Oficial del Colegio y es en 1945 cuando un grupo de agentes comerciales de Albacete decide fundar una Cofradía y en 1946 desfiló por primera vez por las calles de Albacete, confirmó su presidente José Lozano Sánchez.

Decía el presidente que es una de las cofradías más tradicionales y queridas de Albacete, «por el nombre que lleva, Esperanza y porque en ella iban Chicuelo, Montero, abogados, notarios y agentes comerciales; estaban todas las clases sociales».

La talla titular, Nuestra Señora Reina de la Esperanza Macarena, la esculpió José Díes López en 1945, talla de cuerpo entero, de madera policromada, «con una belleza increíble», destacaba José Lozano Sánchez.

La cofradía desfila el miércoles, el jueves noche en la procesión del Dolor de la Madrugada, el viernes y el sábado, porque en 1972 empezó a ir al Sanatorio de Los Llanos y continúa hasta hoy.

El martes desfila la Traición de Judas, miércoles, Macarena, el jueves Macarena y Cristo de la Esperanza, viernes Nuestra Señora de la Esperanza y el Cristo de la Esperanza y el sábado, sólo Nuestra Señora Reina de la Esperanza.

La cofradía tiene censados 1.200 cofrades, confirmó José Lozano, «pero la vez que más salimos a la calle fueron 980, por lo que tuvimos que incluir dos tronos más, aunque en la actualidad, salen 200, 300, más o menos, pero hay mucha gente que no necesariamente sale, no pierde su condición de cofrade y colabora».

José Lozano Sánchez señaló que «cada vez la Semana Santa se ve mejor, porque la Junta de Cofradías se está empeñando en que cada vez haya más solemnidad y la uniformidad sea mejor, que los tronos sean más elegantes, de ahí que queramos que sea de Interés Turístico Nacional porque nosotros, que sacamos el Evangelio a la calle, queremos que tanto el creyente como el que no lo es, estén ahí, porque el primero puede ver la manifestación de fe y el segundo las obras de arte que participan, desde las imágenes a los tronos o el manto, como el nuestro, por ejemplo, que son bellezas, como ocurre con el manto de la Macarena, en el que tardaron cinco años en bordarlo las monjas de clausura de San Clemente, y, si se tuviera que hacer ahora, no sé si se podría conseguir uno igual».

Este año hay novedades, confirmó el presidente, «porque tenemos muchos actos programados y es que San Juan ha nombrado a nuestra imagen titular cofrade de honor y eso es un orgullo. Desde luego haremos un acto solemne, pero en cuanto a Semana Santa, por vez primera las bandas van a salir detrás de los tronos y creemos que va as ser bonito, pero esto no podemos asegurarlo hasta que no lo hagamos por primera vez».

El momento de la cofradía, decía José Lozano es muy bueno, «con una ilusión que veo cada año mayor y en cuanto a participación, va por años, pero sobre todo, la fe, la creencia, está ahí, no sé si por los tiempos tan malos que llevamos, porque cuando ves a la gente que contempla una imagen y les cae una lágrima, eso te toca el corazón, te hace pensar y eso también es Semana Santa». Las imágenes, confirmó, se portan a hombros, a excepción de Traición de Judas, «porque es muy pesado y no está adaptado».

Aunque todo es importante, el presidente destacaba la riqueza del manto de Nuestra Señora Reina de la Esperanza, «porque hace unos años vinieron dos responsables del Ministerio de Cultura que habían conseguido confirmar la historia de cómo se había hecho este manto y comentaron que era único en España y es que la ciudad de Albacete no sabía en realidad lo que tenía».

«En cuanto a las características y lo que está representado, parece -decía el presidente- que en la antigüedad el bien y el mal lo representaban con dragones y en la parte central hay dragones con alas demoniacas o dragones del bien, que triunfa. Pero también está ahí un crisol con las tribus de David representadas con distintos bordados en cada uno de los escudos, pero incluso bordados en dos partes, algo precioso».

Las monjas de clausura de San Clemente también quisieron que la mujer estuviese representada en este manto, con unas connotaciones muy singulares. Igualmente son muy curiosas las flores que aparecen en los bordados, únicas y distintas. Belleza y singularidad se dan la mano tanto en la talla de la imagen titular como en el manto, «un tesoro para la ciudad», decía José Lozano.