Juan Clemente sintió un vacío el día que a su mujer le detectaron Alzheimer. Cuenta que cayó en una gran depresión y en este estado llegó al grupo de mayores que en el barrio de La Pajarita se reúnen un par de veces por semana para hacer ejercicio y mantener activa su mente. Aquí encontró un grupo de personas mayores como él, con quienes se divierte y combate la soledad, «hasta nos vamos a tomar churros con chocolate a veces», dice sonriendo este hombre que ha cumplido los 81 años.
En invierno se reúnen un par de días a la semana, en sesiones de dos horas. La primera hora la dedican a hacer ejercicio físico y la segunda se centran en ejercitar su mente cumplimentando tareas que ayudan a frenar el deterioro cognitivo que trae consigo la edad.
Ejercicios de memoria, lenguaje, orientación espacial y hasta dibujos, no sólo les ayudan a mantener sus capacidades, sino que les divierten. «Son tan buenos alumnos que nos piden deberes, así que llega el verano y se van a casa con sus fichas para completar», explica María José, una de las terapeutas ocupacionales que participa en este programa de Autonomía Personal y Prevención de la Dependencia.
Unos 450 usuarios, más mujeres que hombres, pero todos con edades que rondan los 80 años, participan en esta actividad que impulsa el Ayuntamiento de Albacete desde el año 2002. Funcionan ocho grupos repartidos por toda la ciudad entre los distintos centros sociales y el Centro de Autonomía Personal que está en la calle Batalla del Salado, un espacio que se mantiene abierto todo el verano.
Con el verano, son muchos los mayores que se marchan a la playa o al pueblo, solos o con la familia. Pero el programa, lejos de suspenderse, se mantiene pensando en aquellos que permanecen también estos meses de duro calor en la ciudad. Durante julio y agosto, aparcan un tiempo las fichas y salen a la calle a hacer su gimnasia. Lo hacen un día a la semana, durante hora y media. Las citas son de lunes a jueves, a partir de las 9.30 de la mañana, cada día en un lugar: Parque Lineal, Fiesta del Árbol y Parque de Abelardo Sánchez.
Agrupados por barrios, los mayores se citan en los distintos parques de la ciudad con su terapeuta, que con sus ejercicios les ayuda a mantenerse en buena forma física.
«Empezamos por la cabeza, luego nos hace mover los brazos, las rodillas y los pies, todo el cuerpo, nos viene muy bien», dice Ascensión Sánchez, que a sus 80 años de edad es toda una veterana en esto de la gerontogimnasia, «llevo casi 15 años en el grupo y a mi me va muy bien, movemos el esqueleto y pasamos un buen rato muy a gusto con las amigas».
«Con ejercicio suaves, mejoran su flexibilidad y la tonicidad», argumenta la concejal de Acción Social, María Gil, quien recuerda que con este son ya ocho los años que se organiza esta gimnasia al aire libre, una actividad que se completa con otras salidas. Así, los viernes de julio los mayores se dan cita en el Aula de la Naturaleza del Parque de Abelardo Sánchez para hacer actividades sobre todo relacionadas con la flora y la fauna. Cuando llega agosto se les facilita transporte para ir a La Pulgosa cada viernes a caminar y hacer ejercicio físico y actividades de grupo en este parque periurbano. «Nos llevamos el almuerzo y lo pasamos bien», cuenta María Izquierdo, otra de las asiduas a este programa, «no lo dejo, es una ilusión poder ir a las actividades, te entretienes mucho y la mente no se pone a pensar en cosas que no debe», dice optimista esta mujer de 84 años.
Quienes dirigen el programa explican que la idea de mantener la gerontogimnasia en los parques sirve para dar continuidad a los beneficios que se consiguen con el programa en invierno y, al mismo tiempo, se puede mantener una cierta supervisión sobre aquellos mayores que permanecen en la ciudad y viven solos. Esta cita semanal en el parque obliga a los usuarios a salir de casa, a romper su aislamiento y mantener relaciones con los otros usuarios, al tiempo que permite a los servicios sociales comprobar que están bien. El verano es una época de «especial riesgo» para los mayores, pues la situación de soledad en la que viven algunos se agrava algo más.