Vivir sin gluten, una odisea

Teresa Roldán
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La Asociación de Celíacos de Castilla-La Mancha instalará hoy mesas informativas en los dos hospitales de la capital para concienciar a la población sobre este problema de salud y las dificultades de los enfermos a la hora de socializar

Imagen de archivo de un obrador libre de gluten donde cuecen panes y dulces para celíacos. - Foto: Eugenio Gutiérrez

Ser celíaco no es fácil. La celiaquía es una enfermedad autoinmune que daña al revestimiento del intestino delgado. Este daño proviene de una reacción a la ingestión de gluten. Esta es una sustancia que se encuentra en el trigo, la cebada, el centeno y posiblemente la avena. Y también en alimentos elaborados con estos ingredientes. Por eso hoy por hoy el único tratamiento eficaz frente a esta patología es una dieta exenta de gluten. 

Y no es fácil ser celíaco, a pesar de que las cosas han cambiado mucho en las últimas décadas, en cuanto a un mayor conocimiento de la enfermedad y más sensibilidad, porque las personas con esta afección tienen grandes dificultades para socializar. Al elevado precio de la cesta de la compra que soporta una persona con celiaquía, se suma que comer fuera de casa se convierte en ocasiones en una odisea y un peligro ante una posible contaminación cruzada, dado que las cocinas de muchos restaurantes y bares no están adaptadas a esta problemática; lo mismo ocurre si uno viaja fuera de su ciudad; para terminar con el flaco favor que hacen a los afectados de esta patología digestiva los que siguen la moda del gluten free, sin una prescripción médica ni un protocolo adecuado.

Precisamente para concienciar de esta realidad la Asociación de Celíacos de Castilla-La Mancha ha organizado varias actividades en las distintas provincias de la comunidad autónoma. En concreto, en Albacete hoy se instalarán dos mesas informativas en los hospitales de la ciudad, tanto en el General como en el Perpetuo Socorro; además de varias charlas informativas, algunas ya celebradas en días previos en asociaciones vecinales, en el IES Leonardo da Vinci; y una prevista para el próximo día 22, en la sede de Mercadona de la calle Arquitecto Julio Carrilero, con una posterior degustación de productos sin gluten; asimismo, para el mes junio en fecha todavía por concretar, hay programada una merienda sin gluten para familias socias en un establecimiento hostelero de la ciudad.

La presidenta de la Asociación de Celíacos de Castilla-La Mancha, Cristina García, farmacéutica hospitalaria madre de dos hijas celíacas, reconoció que si bien a nivel nacional una de las principales demandas de este colectivo se centra en la concesión de ayudas para los enfermos, con el fin de sobrellevar la elevada cesta de la compra que implica ser intolerante al gluten, en la región esta reivindicación se logró el año pasado y el Gobierno regional tiene previsto que dichas subvenciones tengan una continuidad en el tiempo.

García reconoció que si bien las grandes superficies y supermercados en general se han puesto las pilas y cuentan con una oferta variada de productos sin gluten, a diferencia de lo que ocurría hace dos décadas que apenas había productos aptos para celíacos, no ha ocurrido lo mismo con el sector de la restauración y la hostelería, porque a pesar de las campañas y cursos promovidos desde la asociación, «éstas acciones no han tenido mucha aceptación».

«Nuestra gran pelea es intentar socializar, tenemos un problema muy serio, porque vamos a establecimientos que supuestamente ofrecen menús sin gluten y luego nos encontramos que tienen restos de pan de trigo, y que no han tenido cuidado a la hora de manipular los alimentos», agregó la presidenta de este colectivo que insistió en que «éste es un punto extra que se pide y que hoy por hoy no está cumplido». Y eso a pesar de que «yo lo digo siempre: un establecimiento donde coma un celíaco tiene unas garantizas de limpieza y seguridad alimentaria que no tienen otros locales, y eso es un plus».

Pero no sólo es necesario concienciar a los hosteleros sino también a los propios celíacos a los que a veces cuesta llevar a rajatabla una dieta libre de gluten al no tener una sintomatología muy clara. «Por eso nosotros intentamos concienciar al celíaco que el esfuerzo que requiere no tomar gluten de por vida merece la pena».  

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