«Hay una inquietud por entrar a trabajar y vivir del campo»

L.G.E.
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«En una casa la puerta que más se abre es la de la nevera y detrás está el trabajo de agricultores y ganaderos». El consejero de Agricultura Julián Martínez Lizán pide a la sociedad que lo valore y lo refrende a la hora de hacer la compra

El consejero de Agricultura avanza que ya se acercan a las 700 solicitudes de incorporación de jóvenes y que aún queda plazo - Foto: Javier Pozo

Es consejero y agricultor. A Julián Martínez Lizán se le nota cierto brillo en los ojos cuando habla del trabajo en el terreno. Se expresa incluso con cierta poética de campo. Hablando del riesgo de inclemencias para el cultivo, señala que «no tienes un abrigo para arroparlo cuando pueda hacer mucho frío». Es una poética que quizá le venga heredada, porque recuerda que su padre decía que «el agua calienta más que el vino», por la importancia que siempre ha tenido el regadío. Ahora tiene que hacer un trabajo en despachos, que no es menos importante, para intentar que se adapte la PAC o conseguir fondos para la agricultura ecológica.

Es consejero y es agricultor. ¿Qué es lo más duro y lo más bonito de trabajar en el sector primario?

Lo más duro es la incertidumbre que te puede ofrecer el inicio de cualquier cultivo. Lo pones con las mayores de las ilusiones, pero siendo muy consciente de que tiene que dormir muchos días al raso. Luego está conjugar la faceta administrativa. Por sumar el último punto negativo está la incertidumbre que ofrece el valor de la producción a la hora de la venta.

¿La parte bonita? La satisfacción de tener una buena producción, que la vendas a buen precio, que cada vez es más difícil, pero también sucede. Siempre he dicho que es el trabajo más bonito que conozco y no concebiría realizar otro por la pasión que me lleva al campo, ver el reflejo de hacer algo que le va a dar vida al resto de la sociedad. En una casa la puerta que más se abre es la puerta de la nevera y para que eso pueda ser posible tiene que estar siempre el trabajo de agricultores y ganaderos detrás.

Es importantísimo que la sociedad valore la labor del agricultor o ganadero y que se lo refrende a la hora de adquirir productos: de proximidad, de mercados locales, productos de calidad.

Hemos visto cómo el peso del sector agro en la economía regional ha ido creciendo, ¿a qué se debe? ¿Es tirón del sector primario o de la industria agroalimentaria?

Es una conjunción de las dos cosas. Por un lado de la actividad agraria, en la que se ha incrementado la modernización y productividad de las explotaciones y por otro lado también del avance que se ha realizado en la transformación. Ha jugado también un papel importantísimo la forma en la que se ha ido creciendo en la exportación. Todo hace que se haya pasado del 12 al 18% de PIB, que en seis años es una cifra tremenda. Un salto de gigante. Podemos estar hablando que en poco esa cifra del 18% se pueda ver incluso incrementada.

El pasado año las exportaciones de Castilla-La Mancha bajaron, pero no así las agroalimentarias. ¿Hacia dónde hay que crecer?

Se están incrementando las exportaciones sobre todo por la calidad de los productos agroalimentarios que se ofrecen a los consumidores. Este último año el país que más ha crecido en compra de productos castellanomanchegos ha sido Reino Unido. Y sorprendentemente el segundo país en compra de vino ha sido Marruecos. Abrir nuevos canales de comercialización con terceros países con los que no se ha exportado puede ser interesante. Con los países asiáticos, con el potencial que ofrece China, el volumen que puede realizar de compra es tremendo. Hemos recibido diferentes visitas de delegaciones chinas para abrir esos canales de comercialización. Principalmente los que vinieron buscaban la almendra, fruto seco, aceite de oliva y vino.

Nos interesa exportar, pero hay mucho debate sobre lo que importamos. ¿Cómo se consigue ese equilibrio para que nos sigamos beneficiando, pero no nos perjudique lo que nos llega de fuera?

Somos exportadores netos. En Castilla-La Mancha se exporta muchísimo más de lo que importamos. Todas la relaciones internacionales de comercio exterior por pertenecer a la UE están reguladas por ámbitos superiores. Sistemáticamente ha habido controversia en que la agricultura pudiera ser moneda de cambio con otros aspectos comerciales, pero estamos demostrando que si se hace un producto de calidad como el que hacemos en España, que también ofrece una importante seguridad alimentaria, se puede abrir nicho de mercado.

Si no fuera porque conocemos cuál es la situación, con estos datos del PIB o exportaciones nos costaría entender que hubiera dudas sobre el relevo en el campo. ¿Puede ser un problema a futuro?

Es curioso porque estamos en una fase que parece que es dificilísimo desarrollar esta actividad. La realidad nos dice que en los ocho años de Emiliano García-Page de presidente se han realizado tres convocatorias y han sido casi 4.000 los jóvenes que se han incorporado. Tenemos la ambición de llegar a otros 2.000 en esta legislatura. Estamos en pleno proceso de convocatoria y el número de peticiones que llevamos realizadas ya es importantísimo. Se acerca a las 700 solicitudes en este momento actual, y queda todavía plazo. Hay una inquietud importante por entrar a trabajar en el sector, y entiendo que el que lo hace es porque hay expectativas de poder funcionar y vivir de él. Tenemos que trabajar para facilitar determinadas condiciones, sobre todo las que nos regulan desde ámbitos superiores y que tienen que adaptarse a las necesidades y realidades agronómicas de nuestro territorio, por un lado los aspectos climatológicos y por otro la propia idiosincrasia de la superficie que tenemos.

Esa necesidad de regular más adaptado a la realidad del terreno es lo que ha hecho que hayamos visto tractores en las calles. ¿Qué ha fallado para que el sector esté tan enfadado?

Realmente hay una dificultad importante con la aplicación del Plan Estratégico que se diseñó. Se hizo en 2021 y fue avalado por todas las comunidades. Después hubo una guerra, la de Ucrania, y hace que se incrementen de forma desmesurada los costes de producción, de fertilizantes, carburantes, incluso en la compra de repuestos. Eso junto con la ambición ambiental que tenía la propia UE hace que en el contexto que nos encontramos en estos momentos sea muy difícil de aplicar todas estas cuestiones. Es el inicio. Todos los primeros años de la programación siempre es un trauma mental. Conlleva adaptación y modificación. Por eso se flexibilizó el año pasado, volvemos a flexibilizar este año y se entiende que hay que amoldarlo para que no sea de forma coyuntural, sino de forma estructural hasta 2027. De esa manera seguro conseguimos una buena conexión entre normativa y desarrollo de la actividad de la gente que trabaja en el campo.

Se habla mucho de flexibilizar requisitos medioambientales. ¿Entiendo que se trata más de aplazar o de graduarlo progresivamente que de dejar de hacerlo? Porque todo tiene su impacto...

Se ha perjudicado mucho la imagen de la agricultura y la ganadería sistemáticamente como elemento de 'contaminación', pero no se pone en valor que lo que están haciendo es cultivar plantas y hasta donde yo sé una planta lo que hace es capturar CO2 y emite oxígeno a la atmósfera. Cualquier explotación de leñosos tiene miles de árboles. Ha habido una visión equivocada en la concepción de cómo afecta el agricultor al medio ambiente.

Yo pongo un ejemplo muy claro: cuando miras al cielo y ves una estela de un avión se ve que está contaminando, pero no vemos el tubo de escape de un coche que tenemos nosotros y utilizamos. Si juntáramos todos los tubos de escape de los coches que hay en una ciudad y los pusiéramos en una chimenea, seguramente nos daría mucho miedo ver la humareda que sale.

¿Qué margen hay de incrementar regadío, tanto por derechos como por la amenaza del Cambio Climático y la necesidad de dejar más agua para los caudales ecológicos y los humedales?

Lo que se ha hecho hasta este momento ha sido dar ayudas a transformar de secano a regadío o modernizar regadíos que ya existían para su optimización. Han sido 186.000 hectáreas en estos últimos ocho años. Eso ha supuesto 250 millones de apoyo de las diferentes administraciones. En esta legislatura hemos planificado un plan director de regadíos en el que se quiere actuar en otras posibles 25.000 nuevas hectáreas, todo ello avalado por las bolsas de agua que en los diferentes planes hidrológicos de cuenca determinan que todavía hay recursos subterráneos o incluso superficiales que pueden considerarse.

Lo podemos ofrecer con la seriedad que nos ofrece haber desarrollado todo el trabajo anterior. En Castilla-La Mancha tenemos muy poquito regadío comparado con otras regiones, pero muy por encima de la media nacional en cuanto a la optimización de máxima eficiencia. Estamos en un 11 por ciento de regadío de toda la superficie total, pero el 65 por ciento de ese regadío está en niveles de optimización, de riego localizado. Estamos demostrando un trabajo concienzudo y serio de no desaprovechar ni una gota de agua.

Tienen un plan de ganadería en el horizonte. ¿Qué margen de presupuesto manejan y en qué línea va?

El Plan de la Ganadería se está perfilando y ahora se tiene que empezar a redactar. Los contenidos están más o menos establecidos. Lo primero que tiene que hacer es determinar el alcance que va a tener. Sobre todo queremos hacerlo para la ganadería extensiva, que es la que más dificultad tiene. El Plan estratégico quiere determinar todo lo que tenemos, qué posibilidades de desarrollo hay y cómo podemos ayudar para poder garantizar esa continuidad del pastoreo extensivo. En ese momento podremos establecer algún tipo de mecanismo de ayuda, fijando los criterios que establezca el plan. El Ministerio también trabaja en un plan de apoyo a la ganadería extensiva. Creemos que pueden conjugarse uno con otro.

Piden que las ayudas de la agricultura ecológica se paguen con el pilar primero de la PAC. ¿Qué opciones tienen de conseguirlo? ¿Hay forma de poner un parche si tarda en llegar la solución?

Es una cuestión compleja. Tenemos que ser realistas. Hacen falta 24,5 millones al año adicionales a los 32 que están presupuestados para cada año de este período. Hay una expectativa del doble de la posibilidad de ayuda que está establecida en este momento. Tenemos que pedir apoyos por todos los lados. Esta solución será antes o después.

Nosotros vamos a luchar lo indecible por conseguir que sea cuanto antes y que podamos ofrecer alternativa a los agricultores que en este momento han optado por pedir las ayudas y se han quedado fuera por una cuestión de concurrencia competitiva en puntuación. La UE se fija un horizonte del 25 por ciento de toda la superficie agraria en ecológico antes de 2030. En Castilla-La Mancha estamos en un 5-6 por ciento. A mí me tiene que explicar alguien cómo se hace si no se ayuda a la gente a animarles para que entren. La agricultura ecológica no gasta ningún fitosanitario, así los reduciríamos al cien por cien de todas las explotaciones de convencional que se pasen a ecológico.

'Campo y Alma' es una marca joven que ha ido creciendo, ¿qué planes de futuro tiene?

Es impresionante cómo en apenas dos años y medio ha conseguido estar tan posicionada y reconocida por parte de los consumidores y el mercado. Toda la promoción que realizamos de denominaciones de origen o IGP están basadas en el logo de 'Campo y Alma' añadido a los sellos de las denominaciones. Cada vez tenemos más peticiones. En este momento son 232 las empresas que están inscritas en la imagen 'Campo y Alma' y es una evolución constante que sin lugar a dudas tiene mucho que decir en el futuro.